Jonathan Rousselle se siente mucho más adaptado al entorno este año tanto dentro como fuera de la pista. “La continuidad es muy importante para cualquier jugador”, reconoce. Se atreve a hacer la entrevista en castellano y solo pide pasarse al inglés si en algún momento no es capaz de atinar con las palabras necesarias para expresar alguna idea. Tras veinte minutos, no le ha hecho falta recurrir al lenguaje de Shakespeare en ningún momento.

Han arrancado la Liga Endesa con una victoria y cuatro derrotas en los cinco primeros partidos. ¿Cuál es el estado de ánimo del vestuario?

—Estamos un poco jodidos porque pensamos que en algunos partidos lo podíamos haber hecho mucho mejor. Creemos que podríamos llevar una o dos victoria más porque en un par de encuentros fue muy posible ganar.

El equipo mantiene su característica de pelear los partidos hasta el final, de no desconectarse del marcador, pero cede demasiado terreno al principio.

—Es así. Siempre peleamos los partidos, pero hay que pelearlos con más inteligencia y no dejar que el rival coja tantas ventajas en el marcador.

Contra el Joventut siempre fueron por detrás en el luminoso, frente al Gran Canaria y el Tenerife solo mandaron en el 2-0 inicial… ¿Quema psicológicamente verse tanto tiempo a rebufo del rival?

—Es algo muy duro para la confianza del grupo. Y no hay que olvidar que este año tenemos un grupo nuevo y vernos tanto tiempo por detrás en el marcador no es lo mejor. Pelear hasta el final está en nuestro ADN, pero hay que empezar los partidos mejor porque de lo contrario todo se hace más difícil. Hasta ahora solo hemos mostrado ese control y seguridad que necesitamos en el partido contra el Obradoiro. También hay que tener en cuenta que nos hemos enfrentado a muy buenos rivales. Hemos intentado hacer las cosas lo mejor posible, pero los otros equipos tenían mucho talento y nosotros cometimos errores que no debemos repetir ante rivales de esa calidad.

Pese a esos baches y esos errores de los que habla, este Bilbao Basket también ha mostrado fases de partido de muy buen baloncesto.

—Tenemos que mejorar en lo referente a la regularidad, porque tenemos momentos muy buenos en los partidos, de mucha calidad, pero también otros que son un desastre. Pérdidas, malos ataques, malas defensas… Eso nos hace mucho daño desde el punto de vista de la confianza y va a ser clave que seamos capaces de minimizar esos errores.

Habiéndose disputado ya cinco partidos, ¿dónde ve mayor margen de mejora a este Bilbao Basket, en ataque o en defensa?

—En los dos aspectos. Nosotros queremos correr mucho y eso te lo permite una buena defensa, ya que si el rival te mete canastas constantemente te dificulta ese tipo de juego. También debemos mejorar nuestro juego en media pista en ataque, porque a veces no ejecutamos bien los sistemas y eso es algo que no nos podemos permitir. Además, como decía antes, debemos ser más regulares, hacer las cosas bien durante cuarenta minutos, no durante treinta. Ese es nuestro principal problema en estos momentos.

En verano dio su primera rueda de prensa en castellano, pero cuando le preguntaron por las comparaciones con el equipo del año pasado quiso responder en inglés porque quería explicarse bien y que su mensaje fuese claro y directo.

—Lo recuerdo. Es que es injusto entrar en comparaciones con lo que logramos la pasada temporada. Y tampoco sería positivo. Son dos campañas diferentes y no solo por los resultados, sino porque ahora hay nuevos jugadores que son debutantes en la ACB, no tenemos el respaldo de nuestro fantástico público en casa, algo que para nosotros es muy difícil, está el fantasma del covid que hace que todo sea extraño… Nosotros no tenemos el talento del Barça o los jugadores del Real Madrid. Sabemos lo que somos y para nosotros el público es una ayuda muy importante. El deporte sin público es muy triste, pero hay que adaptarse. La temporada pasada fue un sueño, pero hay que olvidarla y centrarse en el presente.

De los jugadores nuevos, Ludde Hakanson o Jaroslaw Zyskowski parecen más adaptados y a Aaron Jones y Kingsley Moses les está costando algo más. Usted ya sabe lo que es pasar por el proceso de adaptación a la Liga Endesa. ¿Cómo les ve?

—Son jugadores a los que hay que ayudar, yo lo sé mejor que nadie. La adaptación a esta liga es muy difícil porque tiene muchas peculiaridades. Nosotros queremos ayudarles para que estén bien en el equipo porque necesitamos que los doce jugadores estén al máximo de su potencial para poner todas nuestras fuerzas en la batalla.

Hablaba de la importancia de la afición de Miribilla para un equipo como el Bilbao Basket. En la BCL van a poder jugar con público, aunque solo sean 600 aficionados, pero en la ACB por el momento no. Los jugadores deben estar hechos un lío…

—Es todo muy complicado, pero no es solo difícil para nosotros. Es la realidad que nos toca vivir a todos los equipos y hay que adaptarse. Seguro que con nuestro público seríamos capaces de jugar mucho mejor en casa, pero cuando jugamos fuera puede ser más fácil ganar porque no hay una afición en tu contra. Hay que adaptarse y buscar nuestra mejor versión en estas condiciones porque son iguales para todos.

En la ACB ya ha habido partidos aplazados por el covid-19, en la Euroliga hay partidos suspendidos por los numerosos positivos en equipos como el Zenit y el Asvel. Todo apunta a que esta tampoco va a ser una temporada muy normal.

—Así es. Puede darse el caso de tener que pararse la competición un par de meses si los contagios se disparan y toca ponerse en cuarentena, también puede ocurrir que podamos tener en algún momento media plantilla parada por positivos y no poder jugar durante dos semanas… Todo puede ocurrir y nada se puede descartar. El día a día es muy difícil porque no podemos prever el futuro y no sabemos lo que va a pasar en el mundo. Por eso insisto en que lo importante es saber adaptarse y vivir en el presente. Para un club modesto como el Bilbao Basket todo es más difícil en este contexto, pero no podemos poner excusas y hay que seguir adelante.

El domingo llega a Miribilla el Real Madrid, un gigante de Europa.

—Sí, pero el año pasado, con un público fantástico empujándonos, ya les ganamos. El reto es ahora mucho más difícil sin nuestros aficionados pero nada es imposible y vamos a pelear de principio a fin, eso lo aseguro. En el deporte todo es difícil pero nada es imposible.

Después del partido contra los blancos tienen una semana sin partidos por la jornada de descanso en la Liga Endesa y acto seguido arranca la Basketball Champions League. ¿Les puede venir bien acumular partidos para seguir ajustando los engranajes del grupo?

—Yo creo que sí. Nos conviene jugar lo más posible porque necesitamos mejorar mucho, hay muchos aspectos del juego en los que podemos dar un paso adelante, tal y como se está viendo en los partidos. La Champions es una buena oportunidad para lograrlo y tenemos muchas ganas de que arranque la competición.

Tras la jornada de descanso, en la ACB les toca un calendario mucho más favorable, con enfrentamientos directos contra equipos como el Bilbao Basket que tienen la salvación como principal meta.

—Nosotros eso lo tenemos claro. Nuestro principal objetivo no puede ser otro que la permanencia en la Liga Endesa y todo lo que venga a partir de ahí será bienvenido, un regalo.

En el plano personal, ha arrancado su segunda temporada en el club, es el capitán y su responsabilidad en el grupo se ha incrementado. ¿Cómo se siente?

—Me encuentro mucho mejor que en el inicio de la pasada temporada. Venía de pasar una situación difícil en mi equipo francés (Limoges) y tuve que recuperar la confianza en mí mismo y aprender los entresijos de una nueva liga como la ACB. Este año todo es más sencillo en ese aspecto porque conozco al entrenador, a la mitad del equipo, la competición… Ahora me resulta más fácil poder ayudar al resto del equipo y cumplir con mis responsabilidades en cancha. La continuidad es muy importante para cualquier jugador.

Por último, el equipo ha sufrido un golpe muy duro con la grave lesión de Tomeu Rigo.

—Honestamente, es algo muy muy difícil de asimilar para el equipo. Igual la gente no lo ve, pero Tomeu es importantísimo para nosotros. Es un guerrero, un tío increíble, un gran compañero y un gran jugador. Es un contratiempo muy duro para el grupo y tenemos que darlo todo por él.

“Es cierto que siempre peleamos los partidos, pero tenemos que pelearlos con más inteligencia”

“Debemos mejorar nuestra defensa para poder correr más y también nuestro juego en media pista”

“El curso pasado ya ganamos al Real Madrid; ahora, sin nuestro público, el reto es más difícil pero nada es imposible”