Bilbao - Visiblemente emocionado mientras observaba con atención el vídeo de despedida con sus mejores acciones y canastas ganadoras que le dedicó el club con la canción Je Vole (Yo vuelo), de Louane, de fondo, Axel Bouteille puso ayer fin a su corto pero tan intenso como exitoso periplo como hombre de negro. La entidad de Miribilla cerró en la noche del lunes el traspaso del alero francés al Unicaja, donde firma hasta el verano de 2022, que se escenificó ayer en un acto de despedida en el que el jugador, una de las grandes sensaciones de la Liga Endesa, estuvo arropado por todos sus compañeros salvo Jaylon Brown, en Estados Unidos con permiso del club, y el cuerpo técnico.

El Bilbao Basket, en boca de Carlos del Campo, quiso dejar claro que la idea de traspasar a Bouteille no partió del club y repasó el desarrollo de los acontecimientos en las últimas semanas. "El traspaso de los derechos deportivos de Axel al Unicaja se hace a instancias del representante del jugador y del interés del club malagueño por hacerse con sus derechos. En ningún momento el Bilbao Basket ha sido proactivo en poner a la venta a Axel o había pensado vender sus derechos deportivos. Muchos sabéis lo que supone un entorno como el de la Copa y conocéis el tipo de relaciones que se establecen allí. Era evidente que el rendimiento deportivo de Axel le convertía en codiciado por muchos clubes y desgraciadamente nosotros en su día solo conseguimos hacerle un año de contrato. Sabíamos que iba a tener ofertas que nosotros de ninguna manera íbamos a poder alcanzar a final de temporada. Nosotros nos encontramos en una coctelera en la que teníamos que meter los aspectos a favor y los aspectos en contra. Hablamos de los ingresos que podríamos tener si entrábamos en play-off, los ingresos por la venta de sus derechos... Después de valorarlo, es una operación de libro, no tiene ninguna duda desde el punto de vista económico. Que no se nos olvide a ninguno el club que somos", afirmó con rotundidad.

Por su parte, el jugador también fue claro al apuntar que "yo nunca pedí marcharme, pero entiendo que esto se haya dado así porque es una buena oportunidad para mi carrera y también para el club". Por momentos, su semblante era más propio de alguien apenado por el cambio de aires, pero quiso aclarar que no era así. "He pasado un momento difícil por el vídeo que me ha hecho el club, la canción en francés, el recuerdo de los buenos momentos que he pasado en Bilbao... Pero estoy feliz por fichar por Unicaja". Finalmente, Bouteille ha permanecido poco más de medio curso como hombre de negro, pero aseguró que tanto la ciudad como el club han calado muy hondo en él. "Estoy muy agradecido a mis compañeros, técnicos, empleados, al club, la ciudad y la afición. Este año ha ido muy especial para mí, Bilbao siempre será muy especial para mí. Esta ha sido una gran experiencia porque ganamos los partidos necesarios para lograr la permanencia, conseguimos clasificarnos para la Copa y ahora estábamos en puestos de play-off. Me sentiría muy feliz si finalmente el Bilbao Basket consigue clasificarse. Era mi primera experiencia fuera de Francia y no sabía muy bien qué esperar, pero ha ido todo mejor de lo que pensaba. La forma en la que hemos jugado, el ambiente en los partidos? Estoy contento por saber que el club jugará en la ACB la próxima temporada, pero incluso así no ha sido una decisión fácil".

A la espera de un fichaje Por su parte, Rafa Pueyo, director deportivo del Bilbao Basket, apuntó que solo hubo negociación con Unicaja por Bouteille "aunque seguro que muchos equipos han seguido su trayectoria" y que en breve llegará un refuerzo para ocupar la vacante del alero francés: "Desde el momento en el que empezamos a hablar con Unicaja nos pusimos manos a la obra para traer un jugador. Los puntos que perdemos están ahí, pero esto es un juego de equipo, nosotros destacamos por nuestro colectivo y seguro que el jugador que incorporemos nos ayudará a competir a buen nivel".