Alos más jóvenes seguidores del Bilbao Basket hay que recordarles que hubo un equipo que también jugó la Copa como recién ascendido y que también ganó al Real Madrid, no una, sino tres veces en la misma temporada. Si preguntan a sus padres o sus madres les hablarán del Cajabilbao, el Caja, el equipo de Joe Kopicki y de Darrell Lockhart, de JJ Davalillo y Toñín Llorente, y de Josean Figueroa, el técnico que sacó chispas de un equipo sin grandes nombres, pero que jugaba un baloncesto inteligente, hasta acabar siendo elegido el mejor entrenador de la temporada.

El Real Madrid fue el primer rival del Cajabilbao en la ACB en un partido en La Casilla que desbordaba ilusión ante una nueva etapa en la élite del baloncesto de Bizkaia. Aquel día se impusieron los blancos, que habían perdido en el verano a los dos hermanos Martín tras su marcha a Estados Unidos, pero luego el equipo bilbaino se le hizo bola al poderoso en un curso en el que los de Figueroa desbordaron las expectativas. "La verdad es que les teníamos cogida la medida. Nuestra manera de jugar les causaba problemas", recuerda el técnico bilbaino que, por haberse formado en Madrid, conocía muy bien a sus rivales. Al fin y al cabo, era una época en la que los equipos tenían solo dos extranjeros, normalmente americanos, y el resto eran jugadores nacionales.

La liga se dividía en dos grupos de ocho equipos y al término de la primera fase los cuatro mejores de cada uno iban a la Copa. El Caja, un equipo muy bien armado, llegó al torneo que se jugó en Tenerife, pero casi nadie contaba con él. Era la primera edición con ocho equipos en liza y, de hecho, la televisión apenas dio unas imágenes del partido, ni en directo ni grabadas. En Bilbao, hubo que seguirlo por la radio y cuando el equipo llegó al descanso con 16 puntos de ventaja, la posibilidad de dar la sorpresa empezó a correr de boca en boca. "Teníamos dos americanos muy buenos y el resto del equipo trabajaba muy bien para ellos. Todos tenían claro lo que hacer", apunta Figueroa. Después del enfado de Lolo Sáinz, el Real Madrid apretó en el tramo final, pero los bilbainos lograron mantener la calma y sumar una victoria que hacía justicia a su gran temporada, que llegó hasta el play-off por el título, donde cayeron ante el Caja de Álava.

En ese duelo de cuartos de final, Lockhart y Kopicki lograron entre los dos 55 puntos, Davalillo llegó a 16 sin fallar un solo tiro, "pero la clave fue que jugamos de forma muy inteligente. Todo el mundo esperaba que nos barriesen y había que ver sus caras. Se marcharon inmediatamente a Madrid. Para ellos fue un golpe duro". Al día siguiente, el Cajabilbao cedió en la semifinal ante el Joventut por 102-91, pero ya había dado que hablar: "Date cuenta de que entonces los mejores jugadores nacionales estaban en el Real Madrid, el Barcelona y el Joventut, principalmente, y había grandes diferencias. La clave para los equipos modestos era acertar con los americanos".

Un poco como ahora el Bilbao Basket, el Caja mantuvo a buena parte de bloque que ascendió (Davalillo, Herreras, Carbajo, Martín de Francisco y el recordado Kopicki) y lo completó con dos bases muy complementarios como Lafuente y Toñín Llorente, dos aleros trabajadores como Llano y Cabezudo y un estadounidense que fue fundamental en el éxito de la temporada, Lockhart, que en cierto modo fue un precursor del estilo actual y con su tiro desde la cabeza de la zona frustró en ese partido de Copa y en todos los demás a Fernando Romay. "Teníamos una jugada en transición en la que él llegaba de último y tiraba desde arriba. Los dos americanos eran capaces de abrirse para lanzar desde lejos y eso nos daba muchas opciones en ataque", apunta el exentrenador del Cajabilbao, que también subraya las diferencias entre las dos épocas: "Entonces, nosotros también tirábamos triples, nueve o diez por partido, no veinticinco o treinta como hace cualquier equipo ahora".

la baza psicológica El conjunto bilbaino supo utilizar a su favor la baza de no tener nada que perder y la minuciosidad de Figueroa en la preparación de los partidos. El Bilbao Basket ya ha ganado al Real Madrid esta temporada, pero el técnico advierte de que "ahora los grandes tienen muchísimos partidos y es fácil cogerles en un descuido y que se vean resultados raros. Pero cuando llegan estos torneos se crecen y las sorpresas no abundan. Entonces no se jugaban tantos partidos, había más tiempo para prepararlos, y cada derrota contaba mucho más".

El favorito para el jueves será el Real Madrid, pero Josean Figueroa cree que el Bilbao Basket puede dar la sorpresa. "La estructura del equipo me gusta mucho, está muy equilibrado. Son gente con hambre y luchadora, con aleros que anotan fácil y dos pívots muy buenos. Desde luego, el Madrid sabe que si plantea un partido abierto lo puede pasar mal porque el Bilbao Basket ya ha demostrado que no se arruga", reflexiona el entrenador que dirigió los mejores años del Cajabilbao, el equipo que en la Copa marcó el camino para superar lo que parece imposible.