NO hay nada mejor para hacerse respetar que lanzar un mensaje contundente, proclamar el principio de autoridad. Es lo que hizo ayer el Bilbao Basket para agarrar la segunda plaza en solitario. Cuando la clasificación apretaba y llegaba a Miribilla un rival directo, los hombres de negro se lo sacaron de encima con una claridad que lleva a pensar que el equipo está preparado para los retos que se le presentan por delante. Es curioso que hace una vuelta el Palencia Baloncesto se mostrara como un enemigo temible y ahora, con cambio de entrenadores y el fichaje de un par de jugadores, parece un equipo peor.
El Bilbao Basket, sin tocar su plantilla desde aquella derrota que tanto dolió, ha ido mejorando y ya está muy cerca de asegurar el factor cancha en el play-off. El sexto puesto queda a tres partidos cuando quedan cinco jornadas por lo que con ganar los dos choques que quedan en casa, sobre todo ante el Melilla dentro de dos semanas, puede ser suficiente. Para dar por certificado el pase al play-off, solo toca esperar una derrota del Valladolid o del Huesca ya que se tienen que enfrentar entre ellos en la última jornada y eso significa que uno de los dos no podría alcanzar nunca al equipo vizcaino.
Desde luego, el Bilbao Basket no se guardó nada y salió decidido desde el primer minuto a marcar diferencias. De hecho, su única desventaja fue el 0-3 inicial con el triple de Hermanson. Por cierto, los palentinos solo anotaron otra vez más desde detrás del arco de 6,75 metros porque una de las mejores cosas que hizo ayer el equipo de Álex Mumbrú fue defender a los tiradores del equipo rival, peligrosos cuando entran en racha. El conjunto bilbaino atacó de nuevo desde la defensa y puso un ritmo que no pudo mantener este Palencia de Carles Marco al que sus fichajes no están aportando demasiado y ayer se comportó como un grupo con poco espíritu.
Los de Mumbrú olieron la sangre y no hicieron prisioneros, algo que se les ha reclamado en varias ocasiones esta temporada. Todos los parciales de los cuartos cayeron del lado bilbaino, incluso el último cuando el técnico abrió la mano de las rotaciones y dio más minutos de los habituales a Dani Martín. Esa actitud la ha mostrado recientemente el Bilbao Basket en casa contra equipos de play-off, cuando había que imponer esa autoridad. No es un mal mensaje ahora que quedan aún tres partidos consecutivos para acabar de decidir las posiciones y como un aviso de lo que puede ocurrir en la eliminatoria y en una posible Final a Cuatro.
apariciones deseadas Si alguno de los más recientes rivales y los que aún queda vuelve a aparecer por el camino en la lucha por el ascenso, saber que se va a encontrar con un Bilbao Basket dominador y confiado en la amplitud de su plantilla puede suponer ganar la primera batalla psicológica. Por eso, también es una buena señal que varios jugadores importantes vayan acercándose a su mejor versión a la vez que se aproxima la fase decisiva de la temporada. Osvaldas Matulionis estuvo en todas las tareas, las brillantes y las oscuras. Edu Martínez sumó triples en sus apariciones en cancha, que es lo que se le exige. Thomas Schreiner llevó perfectamente el ritmo del partido sin caer en frivolidades. Y, al final, Kevin Larsen, que fue el jugador más utilizado por Mumbrú, pudo encontrar balones cerca del aro para probar sus movimientos ante pívots que solo le pudieron parar con faltas. Otro desarrollo de partido habría provocado que Ben Lammers tuviera el protagonismo habitual, pero ayer no hizo falta que el texano gastara energías. Los diez rebotes de Leonardo Demetrio o los siete de Iván Cruz contribuyeron al abrumador dominio de los hombres de negro en ese aspecto incluso sin su mejor especialista.
Todas las noticias que salieron ayer de Miribilla fueron positivas en cuanto al comportamiento del equipo en una cita que estaba marcada en rojo y que siempre provoca inquietud. El listón de los tres colistas se antojaba bajo para calibrar el momento del Bilbao Basket, pero ayer se demostró que tras la derrota en Palma el equipo de Mumbrú ha reaccionado de forma briosa para sumar cuatro victorias seguidas e igualar su mejor racha de la temporada. Precisamente, mirando a esa pelea por el ascenso, el equipo balear asoma como un candidato muy serio ya que sus cuatro últimos triunfos han sido contra el Bilbao Basket, el Palencia, el Ourense y el Melilla. Ahora que la cuesta se ha empinado, los jugadores de Álex Mumbrú han demarrado. Ya no da para alcanzar al Real Betis, que subirá cualquier semana de estas, pero el ritmo que está marcando el Bilbao Basket está agotando a sus rivales.