En verano, cuando el calor nos quita las ganas de cocinar platos muy elaborados, muchas personas recurren a comidas rápidas, frescas, pero que no pierdan el sabor. En el último tiempo, uno de los bocadillos más típicos de Euskadi se ha ganado un lugar privilegiado como una de las opciones más completas y deliciosas para resolver una merienda o cena ligera. Se trata de una combinación simple, pero muy efectiva: bonito del norte en conserva, piparras, anchoas y una capa de mayonesa, todo ello servido, a poder ser, en un buen pan. Se prepara en apenas cinco minutos, no requiere elaboraciones largas y nos ofrece una mezcla de sabores que lo convierten en una opción ideal para este verano.
Este bocadillo destaca por su autenticidad y sencillez. El bonito del norte, que puede usarse directamente desde la lata o preparado previamente a la plancha, aporta la proteína necesaria para cualquier bocadillo. Las piparras, además, complementan perfectamente con el bonito y aportan acidez y frescura al bocadillo. Por otro lado, las anchoas añaden un matiz salado que realza el conjunto, mientras que la mayonesa suaviza y une todos los ingredientes.
El pan es la clave del éxito
La elección de un buen pan es clave a la hora de hacer un bocadillo de calidad: un pan tipo barra, artesanal, con buena corteza y capaz de sostener los jugos sin romperse es ideal para esta ocasión. Generalmente, cuando un pan es bueno, lo que se le ponga dentro mejora considerablemente. Si buscamos una opción aún más casera de este bocadillo, siempre podremos optar por elaborar el pan en nuestra casa y a nuestro gusto.
Si hablamos de pan, los expertos del mismo siempre nos recuerdan que conviene optar por masas de calidad, con buena hidratación, idealmente hechas con fermentación lenta y preferiblemente compradas en panaderías artesanas. El pan no solo es el soporte, sino un componente que puede marcar la diferencia.
En la variedad esta el gusto
Este bocadillo, pese a ser una opción más que recomendable, no está solo. Existen otras versiones igual de sencillas y rápidas que siguen la misma lógica de combinar ingredientes interesantes y que combinan bien con el pan. Por ejemplo, el bocadillo de jamón cocido con láminas de pera y una pequeña porción de membrillo es una opción que también hay que tener en cuenta. Otro ejemplo muy veraniego es el bocadillo de sardinas en conserva con cebolleta roja picada. Esta propuesta, típica también en verano, aporta ácidos grasos saludables, un sabor intenso y un contraste crujiente que se disfruta especialmente en días calurosos.
Gastronomía de nevera
Todas estas recetas tienen algo en común: la facilidad de preparación y la versatilidad. Son platos que no requieren habilidades culinarias avanzadas ni muchos utensilios. Además, permiten jugar con los ingredientes según las preferencias o lo que se tenga a mano en casa. En definitiva, estos bocadillos son una opción perfecta para solucionar una cena veraniega.