bilbao - El Bilbao Basket se adentra con el final del año en arenas movedizas. La última jornada de la Liga Endesa apretó al máximo los puestos peligrosos y ahora los hombres de negro tienen al Real Betis y al San Pablo Burgos a solo un triunfo de distancia en las plazas de descenso. El próximo visitante de Miribilla será el Unicaja este próximo sábado en una jornada en la que hay dos duelos directos, Real Betis-Tecnyconta Zaragoza y San Pablo Burgos-Delteco GBC, por lo que podría ocurrir que seis equipos entren en 2018 empatados a cuatro victorias, entre ellos el Bilbao Basket. El que haga algún movimiento extraño puede verse aún más en el fondo y encontrarse con problemas para salir del fango.

Para evitarlo, el equipo de Veljko Mrsic debe imponerse a los malagueños que llegarán a Bilbao tras jugar el jueves en Tel Aviv. El Unicaja va en trayectoria ascendente, pero el Bilbao Basket necesita ya un golpe en la mesa para cambiar la tendencia de la temporada y evitar jugar finales desde muy pronto. Desde la llegada del técnico croata al banquillo, que coincidió con el inicio de diciembre, el balance liguero es de un triunfo y tres derrotas, el mismo que presentan el Joventut y el Gipuzkoa Basket. El Zaragoza ha sumado cuatro derrotas, el Burgos lleva dos victorias y el Real Betis acumula tres triunfos seguidos que le han cambiado la cara.

El calendario marca las trayectorias y de lo que se trata es no desperdiciar las oportunidades que se presentan de sumar esas victorias que sirven de comodín en los momentos de apuro. En este sentido, el Bilbao Basket ya ha dejado pasar alguna por su mala gestión de los minutos finales. El de Andorra fue el ejemplo más reciente, pero tampoco puede olvidarse el duelo en Miribilla ante el Valencia Basket, el de Murcia o los dos de la Eurocup en casa ante el Limoges y el Partizan cuando tuvo opciones de ganar arruinadas por malas decisiones y errores absurdos que dieron alas a los rivales. Por comparar con sus rivales directos, el Delteco GBC ha sido capaz de vencer al Fuenlabrada y el Unicaja; el Real Betis ha ganado en Murcia y Gran Canaria; y el Zaragoza en Gasteiz.

En realidad, el Bilbao Basket solo ha tenido un tropiezo serio ante el San Pablo Burgos, aunque no puede fiar su suerte a los duelos directos. Una vez deje de lado la Eurocup tras cerrar mañana su periplo de esta temporada ante el Alba Berlín, podrá centrarse en el único objetivo que ya le queda que es tratar de llegar a un final de temporada tranquilo. De momento, otras aspiraciones le quedan lejos. Con un solo partido a la semana, Mrsic podrá definir mejor sus esquemas de juego y sus rotaciones.

Hay que recordar que el técnico de Split no ha podido contar aún con toda la plantilla a su disposición. Jonathan Tabu reapareció en Andorra tras casi un mes fuera, pero fue en el día en el que faltaron Ricardo Fischer y Lucio Redivo, a quienes se espera, si no hay novedades, para el partido ante el Unicaja. Porque ya se ha visto que al Bilbao Basket no le sobra nada. Vucetic y Mendia apenas cuentan para Mrsic, pero los otros once jugadores pueden llevar el peso y la responsabilidad, sobre todo ahora que Devin Thomas parece cada vez más integrado y ofrece algunas soluciones tácticas. Sin embargo, el equilibrio sigue pendiente porque en el partido de mayor aportación de los pívots, el equipo acusó el mal día en los tiros lejanos de Todorovic y Mumbrú, los dos máximos anotadores y los que más lanzamientos hicieron ante el Andorra.

la frontera de febrero De la manera que sea, los hombres de negro tienen que consolidar su mejoría, confirmar algunos brotes verdes que se están asomando con las victorias que le lleven a la tranquilidad. Tres de los cuatro próximos partidos del Bilbao Basket serán en casa y tiene que aprovecharlo para mejorar su posición. Al fondo, espera lo que para todos estos equipos involucrados en la lucha por la permanencia será una frontera en su temporada. En febrero, tendrán casi tres semanas sin competición ya que al parón de la Copa seguirá el de la segunda ventana de la FIBA lo que hará que entre el 11 de febrero y el 4 de marzo no haya partidos y sí un largo tiempo para hacer balance, planificar el último tercio del curso y recomponer las plantillas, el que quiera o pueda.

El Bilbao Basket no está para más dispendios, por eso en este mes y medio de trabajo en Miribilla sin tener que coger las maletas, en igualad de condiciones con sus rivales directos, el Bilbao Basket tiene que alcanzar el nivel que se espera del Bilbao Basket, ese que debe ser suficiente para conseguir salvar la temporada. Claro, que eso también lo piensan otros equipos y, de momento, nadie se descuelga en lo que va a ser una carrera de resistencia.