Óscar de Marcos y Mikel Balenziaga acompañaron a Iker Muniain y Ernesto Valverde en la presentación de Athletic Club Gabarra, un libro de fotografía que conmemora la Copa que el conjunto rojiblanco levantó en La Cartuja en abril de 2024. El primero fue el encargado, junto a Muniain, de alzar al cielo el esperado trofeo; mientras que el segundo tuvo que ver el partido por la televisión porque en esos momentos formaba parte de la plantilla del Deportivo de la Coruña. “Todos los jugadores que no estuvimos en esa final nos sentimos partícipes del camino, pero no de la consecución. Yo he ganado esa final de Copa como aficionado y estoy súper orgulloso”, reconoció Balenziaga.

Sin embargo, aunque uno tenga la Copa en su palmarés y el otro no, ambos comparten la misma reflexión acerca de aquel soñado triunfo ante el Mallorca: creen que supuso un punto de inflexión para un Athletic que, a partir de entonces, comenzó a creerse entre los mejores. “Se creó un camino, una mentalidad de vernos como campeones porque con esa Copa se hizo un sueño realidad y nos quitamos de encima una losa de 40 años”, reconoció Balenziaga. Por ello, ni el de Zumarraga ni De Marcos se sorprenden al ver a los de Valverde en la actual edición de la Champions League. “Después de la final de Copa, es lo máximo que se puede vivir en Bilbao. Además creo que este año el Athletic tiene el mejor equipo que yo recuerdo”, aseguró Balenziaga.

Asimismo, De Marcos explicó que, aunque “hasta el día que me muera me va a dar envidia no estar en el verde de San Mamés”, el martes -cuando los leones se enfrentarán en La Catedral al Arsenal de Mikel Arteta- “va a ser un día para disfrutar como aficionado”: “Está claro que dentro del vestuario se vive todo de otra manera, pero vendremos a gozar de un equipo como el Arsenal y seguro que el Athletic hace un buen papel porque en este vestuario siempre hay exigencia y siempre se da todo”.

Tanto De Marcos como Balenziaga saben lo que es jugar la Champions, ambos lo hicieron en la temporada 2014/15, en el que era hasta esta campaña el último precedente de los leones en la máxima competición continental. En esa ocasión, los rojiblancos accedieron tras doblegar al Nápoles en la previa y terminaron cayendo a la Europa League tras acabar terceros de un grupo en el que coincidieron con el Shakhtar Donetsk ucraniano, el Bate Borisov bielorruso y el Oporto portugués.