"No es un adiós, sino un hasta pronto”, dijo un clarividente Aymeric Laporte cuando en enero de 2018 se marchó del Athletic. Entonces, el central dejó un agujero en el eje de la defensa entrenada por José Ángel Ziganda; pero un buen botín en las arcas rojiblancas. 65 millones de euros, la cláusula íntegra del jugador, pagó el Manchester City para hacerse con sus servicios. Fue cantidad suficiente para que el club de Ibaigane fichara a Iñigo Martínez y, a la vez, llenara la hucha de ahorro.
De hecho, este coste situó a Laporte como el segundo defensa más caro de la historia, solo después del traspaso de Virgil Van Dijk al Liverpool; y como el fichaje más costoso del City hasta el momento. A cambio, el equipo inglés, ya entrenado por Pep Guardiola, se llevó uno de los centrales con más proyección de Europa. Así, con 23 años y con una Supercopa en su palmarés con el Athletic, Laporte se echó el macuto al hombro y se marchó a uno de los pocos equipos en el mundo que optaban a todo.
Allí entró con buen pie, derrochó talento y se envolvió en títulos. 15 trofeos levantó en cinco temporadas y media: 1 Champions League, 5 Premiers, 4 Copas de la Liga, 2 Community Shield, 2 FA Cups y 1 Supercopa de Europa. Casi nada. Tuvo a Guardiola tan embelesado durante los primeros años, que este le otorgó el central zurdo de su equipo y la tarea de sacar el balón jugado desde la defensa.
Un requisito innegociable para el técnico catalán en aquella época. Pero, cuando parecía que iba a marcar una época brillante en el Etihad Stadium, una lesión en el menisco y el cartílago de su rodilla derecha apartó a Laporte del césped. Tuvo que operarse. Estuvo cinco meses en el dique seco y necesitó casi dos campañas para volver a recuperar la confianza propia y del míster. Pero es que cuando el internacional con España sonrió de nuevo, hubo de volver al quirófano: “Laporte está lesionado, se operó la rodilla al finalizar la pasada temporada (la 2021/22).
De hecho, jugó los tres últimos partidos con una lesión importante, hizo un esfuerzo increíble”, confirmó Guardiola. Después de eso, el central regresó. Pero ya no volvió a ser el mismo. La falta de continuidad le impidió tener la seguridad necesaria en la élite, John Stones y Rubén Dias le arrebataron el puesto. Incluso Manuel Akanji le adelantó por la derecha justo cuando el City dominó Europa.
Por ello, el club inglés le colocó en el mercado y Laporte se dejó querer. Sonó para el Barcelona, pero el ofertón del Al-Nassr, con un salario de 15 millones de euros netos, fue irrecusable. Así que el defensa hizo de nuevo las maletas y voló hasta Arabia. Allí llevaba dos temporadas compartiendo vestuario con Cristiano Ronaldo y Sadio Mané, pero lo primero que hizo el técnico Jorge Jesús en cuanto este verano llegó al banquillo de la entidad saudí fue confirmar su salida. Ahora, Laporte regresa al Athletic como campeón de Europa y de la Liga de Naciones con España, tras ganarlo todo con el Manchester City y hacer buena caja en el Al-Nassr. Ahora, Laporte vuelve a La Catedral como el central pródigo que hace siete temporadas ya intuyó que su partida del Athletic no sería la definitiva. Porque no, en 2018 lo de Laporte no fue un adiós.