Laporte quiere jugar en el Athletic
Se plantea una segunda etapa en el conjunto rojiblanco y la grave lesión de Egiluz acentúa la urgencia de su fichaje
En un puñado de semanas, Aymeric Laporte ha pasado de ser un objetivo casi inalcanzable o poco asequible debido a su extraordinario caché, a convertirse en una prioridad absoluta. Contar con los servicios del ex del City e internacional por España ya no puede catalogarse como un capricho caro, sino como una urgencia para el Athletic. La indisponibilidad de Yeray Álvarez a raíz de su positivo en un control de la UEFA, que podría ir para largo, puso todo patas arriba en vísperas de encarar una temporada especial, marcada por la presencia en la Champions League. Ahora se produce un segundo contratiempo serio, al parecer Unai Egiluz se ha roto el cruzado de la rodilla derecha y dice adiós a la temporada.
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A dos semanas del inicio del calendario oficial, estos reveses reclaman medidas inmediatas. Con tan solo dos centrales específicos en condiciones de ser alineados, el Athletic se ve en la obligación de acudir al mercado y no le vale con parches temporales. Como mínimo necesita un par de alternativas sólidas a agregar a Dani Vivian y Aitor Paredes, quien también anda con molestias estos días, hombres capaces de responder a los retos deportivos que se avecinan.
Y el primero de la lista se llama Laporte, a quien buscan una salida en el Al-Nassr, donde aún posee un año de contrato, a razón de 25 millones netos de euros. El club saudí no anda por las ramas: Jorge Jesús, el técnico, excluyó al futbolista de origen galo de la concentración estival y espera la pronta llegada de un sustituto. Laporte permanece en Riad, se entrena con el filial y debe negociar con los dirigentes árabes, que podrían ahorrarse su inflado sueldo, pero asimismo exigir una compensación siquiera parcial por los 26 millones que en su día abonaron al City.
El Al-Nassr abre la puerta a Laporte y Valverde espera
El Athletic le ofrecería a Laporte un vínculo largo en un destino estable, donde se sentiría cómodo; disputaría en calidad de titular el mejor torneo continental de clubes y opositaría así a acudir al Mundial que se celebra el próximo verano. Cobraría una cifra mucho más modesta que en Arabia, pero notable, entre las más altas del vestuario. A sus 31 años, Laporte posee más pretendientes, con proyectos de similar o superior enjundia en lo económico y en lo deportivo, pero es consciente de lo que supone defender el escudo rojiblanco y del excelente recibimiento de que sería objeto en San Mamés. Vendría a gusto y así lo ha transmitido..
Ubicar en el tiempo la fecha en la cual Laporte se convirtió en una prioridad para los inquilinos de Ibaigane, no es tarea sencilla. Desde luego, visto el crudo panorama que se le presenta al Athletic, a nadie puede extrañar que ahora sea su gran objetivo. Un dato aproximativo en torno al acercamiento al jugador, según un comentario privado de este, situaría el sondeo inicial en la segunda quincena de junio.
Detalles previos
En la temporada 2023-24, el Athletic utilizó cuatro centrales, los mismos que a día de hoy figuran en su nómina. Así consta en las estadísticas, aunque en la práctica fuesen Vivian, Paredes y Yeray. El cuarto, Unai Egiluz, debutó en noviembre en la Copa y no volvió a ser alineado. Los otros tres se las arreglaron para cubrir la demarcación en los 45 partidos oficiales restantes, culminados con el título de Copa y el regreso a Europa vía liga después de seis años.
Pese a la feliz experiencia, Valverde advirtió del grave peligro que entrañaba gestionar el año con solo tres centrales, máxime con la Europa League por medio. La directiva atendió el mensaje y tomó a préstamo a Unai Nuñez, que asumió el rol de suplente y rindió bien. Cerrado el ejercicio 2024-25 con grandes resultados en la liga y en el continente, Nuñez viajó a Vigo, donde le restaban tres años de contrato. Cabía valorar su repesca, muy asequible en el orden económico, pero por lo visto no se contempló. Unos días atrás, Nuñez salía con destino al Verona.
Unai Nuñez, el central ideal para el Athletic
Antes, en medio de los rumores veraniegos y zanjado el segundo capítulo del culebrón Nico Williams, el 10 de julio, recién abierta la pretemporada, caía el bombazo: Yeray desvelaba que estaba suspendido, la UEFA le había notificado que dio positivo en el control posterior al partido Athletic-Manchester United del pasado 1 de mayo. Nadie sabe hasta cuándo permanecerá ajeno a la competición, pero se expone a una sanción que pudiera abarcar varios años.
Tanto el afectado como el club estaban enterados del delicado asunto desde varias semanas antes del anuncio, aunque tampoco hay datos precisos sobre esta cuestión. Sí es cierto que pocas horas antes de que saliese a la luz el positivo, el Athletic informó del acuerdo con Egiluz para tres años. Iniciativa que contradecía la no ejecución de la cláusula por la que el joven defensa quedaba atado para un año. Egiluz estuvo sin equipo desde el 30 de junio, pero el radical giro en los acontecimientos aconsejaba cubrirse las espaldas y se recurrió a quien estaba más a mano.
Egiluz aumenta la inquietud con la defensa del Athletic
Dado su nulo contraste en la élite, Egiluz no podía ser considerado como la solución definitiva. Ni su nivel es equiparable al de Yeray, ni se ajusta a la exigencia deportiva del actual Athletic. Además de que con él en nómina seguía faltando una pieza que, de repente, son dos por obra del infortunio que se ha cebado en el defensa natural de Durango.
Ni tan siquiera la incorporación de Laporte, todavía una incógnita, arregla el formidable follón generado en la línea defensiva. Es innegable que con él Valverde dispondría de tres piezas de garantías, que algo es y recordaría mucho a la coyuntura vivida dos campañas atrás. No obstante, conviene no olvidar la solicitud que entonces realizó Valverde y la tranquilidad que objetivamente aporta doblar las demarcaciones, más incluso con la previsión de un curso muy duro.