Con un lanzamiento de falta exquisito de Pablo Sarabia, el Wolverhampton ganó 0-1 en Old Trafford y bajó al Manchester United de la nube engañosa en la que flotaba eufórico tras eliminar al Olympique Lyon de la Europa League el pasado jueves. El centrocampista madrileño saltó al terreno de juego en el minuto 74 para, sólo tres después, erigirse como el protagonista de un duelo muy espeso y aburrido. Fue el tiempo que necesitó para enganchar un golpeo espectacular de libre directo al borde del área que acabó con el Manchester United, que continúa inmerso en la Premier en una continúa crisis de juego y resultados sin solución aparente.
Enfocado en la Europa League, el único torneo que puede ganar el United para maquillar una temporada terrible, el equipo de Rúbem Amorim vio interrumpida su euforia tras la espectacular remontada ante el Olympique Lyon por la visita de un equipo que le propinó otro serio correctivo.
El United, durante 90 minutos, debía olvidarse del espectacular 5-4 con el que eliminó al Lyon de la Europa League gracias a tres goles en la segunda parte de la prórroga que provocaron la explosión de Old Trafford. En el horizonte, dentro de once días, espera en semifinales el Athletic; pero el equipo de Amorim tuvo que aparcar su ilusionante futuro para centrarse en un triste presente.
El técnico portugués apostó por un once sin varios de los héroes que liquidaron al Olympique Lyon: Maguire, Dalot, Yoro, Casemiro y Bruno Fernandes, iniciaron el choque desde el banquillo. Fredricsson, Lindelof, Amass, Eriksen y Mainoo, saltaron al césped. Muchos cambios con la mente puesta en San Mamés, el verdadero escenario de la verdad.
Los 45 minutos iniciales se pudieron resumir en un quiero y no puedo del United, que dominó el juego sin verticalidad, carente de profundidad de ideas y ante un rival bien encerrado atrás. Solo a balón parado, y por medio de Eriksen, pudo marcar. El mediocentro danés lo intentó con un gol olímpico y con una falta desde la frontal. En ambos casos se encontró con dos intervenciones de Burnley, que frenó al United en sus dos únicas ocasiones de primer tiempo.
En el segundo, más de lo mismo hasta la última media hora, en la que Amorim agitó el banquillo con la entrada de Mount, Dalot y Bruno Fernandes. Pero el Wolverhampton sí contundente: apareció Sarabia, marcó un golazo de falta, ganó al United, sumó su quinta victoria consecutiva y agudizó la crisis del equipo de Amorim, un zombie que camina sin rumbo por la Premier y que espera impaciente a redimirse de todos sus pecados en la Europa League ante el Athletic.