Otro ejercicio de impotencia para el Athletic

“A veces que te sacudan un poco viene bien para asentarte”. Con esa frase definió Ernesto Valverde, ya en Bilbao y tras varias horas para digerir lo sucedido ante el Besiktas, el desastroso partido de su equipo en Estambul. El técnico lo explicó en la previa del choque ante el Leganés, un equipo de la parte baja de la clasificación, pero que llegó a San Mamés después de acabar con la excelente racha de victorias del Atlético de Madrid, que hincó rodilla en su visita a Butarque, y que semanas atrás fue capaz de vencer también al Barcelona en su propio estadio. Pese a esa carta de presentación de su rival, ni el más pesimista no confiaba en una reacción del Athletic tras esa sacudida que le removió hasta los cimientos. Lo cierto es que sí, que los leones ofrecieron una bastante mejor imagen que la del miércoles en el infierno turco, pero resultó insuficiente ante un Leganés que se defendió con seriedad y que dispuso de las ocasiones más claras del encuentro como para haberse llevado los tres puntos de San Mamés.

El reencuentro del Athletic con su afición en liga no pudo ser positiva del todo. El equipo vivió un nuevo ejercicio de impotencia. Llevó el peso del partido, algo que entraba en todos los guiones, pues el conjunto pepinero no engaña a nadie y se sabía de antemano que iba a defenderse muy cerca de su portería, pero le faltó muchísimo como para crear ocasiones claras para superar a un Marco Dimitrovic que realizó una única parada de mérito. La mayoría de las jugadas de los locales murieron en centros laterales sin rematador ante la pobladísima zaga rival y tampoco hubo acierto en los tímidos intentos desde fuera del área.

La impotencia ofensiva del Athleticse resume en el siguiente dato: de los 29 remates que intentaron los leones solo tres encontraron portería, siendo un testarazo picado de Alex Berenguer el más claro, 10 se marcharon fuera y hasta 16 fueron rechazados por algún rival.

Bastante inferiores en número fueron los intentos del Leganés por hacerle gol a Unai Simón, pero sus ocasiones fueron bastante más claras que las del Athletic. De hecho, el empate obtenido no se entiende sin la enorme actuación del guardameta de Murgia, que sacó dos goles cantados en la segunda mitad. En el primero con una gran estirada a un buen testarazo de Miguel de la Fuente que logró desviar al palo, cuyo rechace acabó atrapando; y en el segundo, achicando espacios ante Julián Chicco en el mano a mano. Además, Munir El Haddadi estrelló otro balón en el larguero.

Sea como fuere, ambos equipos se repartieron los puntos, que si se analiza fríamente no puede dejar insatisfecho a nadie. En clave Athletic, si bien no le sirvió para aprovechar el empate liguero entre Atlético de Madrid y Villarreal, segundo y quinto en la tabla, respectivamente, al menos sigue manteniendo seis puntos de ventaja con el conjunto castellonense y aleja en diez puntos al Mallorca, que marcha sexto.

Esa fue la parte positiva de un partido que se le volvió a atragantar al Athletic en este 2025, en el que únicamente ha logrado una victoria en seis partidos. La otra fue el regreso de Oihan Sancet tras haberse perdido los cinco encuentros anteriores de este mes, pero volvió a no haber ni rastro de Javier Martón, el otro delantero centro de la plantilla, pese a que el equipo demostró una evidente falta de pegada. Resulta difícil de entender.

Del mismo modo que esa ruptura existente entre la Iñigo Cabacas Herri Harmaila y la Junta Directiva. De ello se quejaron ayer Iñaki Williams y Unai Simón. Por el bien de todos, empezando por el del equipo, urge solucionar cuanto antes esa problemática. Mirarse cada uno al ombligo, hacer autocrítica, muy necesaria, no cabe duda, y tratar de remar todos en la misma dirección. El Athletic, junto, es mucho más fuerte.