La necesidad de reforzar la línea defensiva para evitar que se repitiera esta campaña algo que sucedió durante buena parte del pasado curso, esto es, que Ernesto Valverde contara con solo dos centrales específicos del primer equipo para afrontar los partidos, llevó a la dirección deportiva del Athletic a peinar el mercado el pasado verano. El club tanteó distintas opciones, puso los pros y los contras sobre la mesa de distintas operaciones y se topó con la posibilidad de fichar a Unai Nuñez, a quien el Celta había puesto el cartel de transferible al no entrar en los planes de Claudio Giráldez.
Así, después de que las conversaciones llegaran a buen puerto, el Athletic anunció la vuelta del portugalujo el pasado 28 de agosto, tres días antes del cierre del mercado estival. El técnico vio colmados así sus deseos de contar con un cuarto central. Eso sí, su participación esta campaña está siendo residual, hasta el punto de que los encuentros que ha disputado se cuentan con los dedos de una mano.
Nuñez, que se marchó del conjunto rojiblanco camino del Celta en el verano de 2022 en busca de minutos, está viviendo una campaña complicada, ya que únicamente ha participado en cinco partidos, en los que suma 349 minutos de juego. Jugó por última vez en Copa ante la UD Logroñés, cita en la que fue titular.
El sábado regresó a Vigo en el vuelo chárter que llevó al Athletic a la ciudad galleta y en el mediodía de este domingo volvió a Balaídos, si bien no tuvo ni un solo minuto. Nada que no se esperara, toda vez que es el cuarto central de la plantilla que dirige Valverde.
Indiferencia
Minutos antes del inicio del partido entre el Celta y el Athletic, cuando el ‘speaker’ vigués anunció las alineaciones de ambos equipos, al llegar a los suplentes rojiblancos y citar el nombre de Unai Nuñez, la indiferencia entre la parroquia local fue absoluta. Ni un tímido aplauso para darle la bienvenida a un futbolista que sigue perteneciendo al conjunto vigués, al que volverá el próximo verano. El gris regreso de Nuñez a Vigo.