Me cuentan que existe una peña del Athletic en Australia de apenas un año de vida y con unas decenas de peñistas que pretenden sacar la gabarra en la bahía de Sídney. Es una muestra de lo extraordinarios que somos como afición de un equipo excepcional, con unos valores que trascienden fronteras y encienden la ilusión más allá de Bizkaia. Desde la última semifinal copera la emoción ha crecido a cada minuto porque no solo estamos ante un partido de fútbol, es el cénit de una temporada llena de pasión y entrega con un aroma diferente al de otras finales. Y toca cambiar el guion. Es un sueño y queremos que se haga realidad. Una final como escenario donde el objetivo de jugadores y afición es solo uno: traernos la Copa a casa. Es un momento trascendental para dejar una huella imborrable en la memoria colectiva de todas y todos los que amamos los colores rojiblancos. Porque somos todo un pueblo. Pequeño y real. Moderno y con identidad. Una comunidad con futuro que sueña con la victoria.

Ojalá este partido deje en nuestras retinas imágenes que siembren la ilusión en los años venideros, con la emoción de revivir la victoria de 1984, cuando yo tenía apenas seis años. Y hacerlo para que nuestras hijas e hijos también conozcan y disfruten ese sentimiento de orgullo y grandeza que, además de nuestro ADN como equipo, otorga la victoria. Sevilla será una fiesta y el éxodo de media Bizkaia hacia el sur es el mejor síntoma de que algo grande está a punto de suceder. Porque tenemos un club campeón y una afición modélica, llena de ilusión, que alienta a nuestro equipo, orgullosa de ser devota de un Athletic único en el mundo. Porque queremos pensar que ahora sí, que ahora es posible.

Pero más allá del resultado final, lo que realmente importa es lo que una vez más estamos viviendo estos días: el sentimiento de pertenencia que nos une como familia zurigorri y que se expresa desde cada rincón de Bizkaia hasta las antípodas, ni más ni menos que hasta la bahía de Sídney. Hoy todas y todos estamos en nuestra particular grada emocional ya que sabemos que nos hallamos ante algo más que un partido. Somos depositarios de una historia de 126 años, de una tradición que cruza fronteras, que une corazones y nos llena de orgullo. Porque unidos somos más fuertes y juntos somos invencibles. Fieles a nuestros colores, a nuestra historia y a nuestra tradición bajo un grito, unísono y universal, por la victoria.

Aurten bai! Aupa Athletic! l

*Diputada general de Bizkaia