¿Cómo tener a miles de personas pendientes de un sorteo? La respuesta es sencilla, rifando las entradas para la esperadísima final de Copa que el próximo 6 de abril enfrentará al Athletic y al Mallorca en el estadio de La Cartuja de Sevilla. A través del canal de YouTube del conjunto rojiblanco, por la radio, las redes sociales… o en directo en el anillo central de San Mamés, los socios del club no han querido perderse el sorteo para la cita copera. Los que menos, apenas un puñado de ellos, se han acercado al propio campo conocer de primera mano si resultaban agraciados.
Ha sido el caso de Rubén de la Posada, natural de Astrabudua, y que luce un tatuaje premonitorio, pues recientemente se ha grabado en su piel la gabarra, a la que espera ver surcar la ría de nuevo este año, cuando se cumplen 40 años de la última vez.
“Me he hecho el tatuaje hace poco y este año toca”, ha comentado, aún eufórico, pocos minutos después de que fuera agraciado con una entrada. “El tatuador me dijo que era un mensaje, que este año nos íbamos a llevar la Copa y mira, de momento estamos en la final y parece que está dando suerte”.
Con una parte de su querido Athletic grabado en la piel, De la Posada tiene ahora la ardua tarea, pero a la vez ilusionante, de organizar el plan de viaje para estar presente en La Cartuja. La idea la tiene más o menos dibujada en su mente, aunque ahora le toca lo más complicado, darle forma a la misma y que todo vaya rodado.
“Como no sabíamos si nos iba a tocar, porque me he apuntado en grupo con mi hermano y mi ama, no teníamos nada cogido, aunque la idea sí, esa la tengo bastante presente”, ha apuntado.
De Bilbao a Sevilla por Valencia
El camino más corto hacia Sevilla, yendo por carretera y saliendo desde Bilbao, te lleva a pasar por Salamanca y de ahí seguir conduciendo hacia el sur. No tiene pérdida la cosa. Pero como una final no se juega todos los días, el trayecto que tiene previsto realizar Rubén de la Posada es bien distinto.
“Mi hermano vive en Valencia y nuestro viaje hacia Sevilla pasa por ahí”, explica el socio. Así, a los casi 900 kilómetros que separan Bilbao de Sevilla tendrán que sumarles otros 400. Todo sea por ir en familia. “En Valencia alquilaremos seguramente una autocaravana y desde ahí iremos a Sevilla. Iremos amatxu, mi hermano y yo”, sonríe. Esta vez, a diferencia de las finales de Copa de Mestalla y el Camp Nou en las que estuvo en directo, espera que el resultado sea favorable al Athletic. “Este año toca. Ya me lo dijo el tatuador”. ¿Un tatuaje premonitorio?
