Cada cierto tiempo, porque de vez en cuando no está de más recordar el pasado, los más veteranos del lugar rememoran las batallas del Athletic en aquellos años en los que seguir un encuentro por televisión era un imposible. Tiempos en los que había que recurrir a los cronistas de la época para conocer las andanzas de un equipo que, como cuentan, mutaba en numerosas ocasiones, ofreciendo una imagen bien distinta a la que mostraba ante su público. Después ese hecho daría paso a la coletilla de “resucitamuertos”, más reconocible por el hincha más joven. Parecía que esta temporada, tal y como marcha el equipo en liga, resultaría complicado que el viejo Athletic volviera a hacer acto de presencia. Pero claro, aprovechando que aún es Carnaval, el Athletic se disfrazó de su vieja versión en el Power Horse Stadium de Almería, donde de golpe y porrazo se le aparecieron todos los fantasmas del pasado.
Ni contra un colista prácticamente desahuciado, que hasta cometió la imprudencia de quedarse con un futbolista menos antes de la hora de juego, pudo el conjunto rojiblanco ofrecer una imagen convincente. Se adueñó del balón por una cuestión numérica, pero hasta ahí. Después, la nada más absoluta. Solo un remate de Raúl García que repelió el palo. Nada más. Sin claridad por dentro ni calidad por fuera, los centros, si es que se pueden considerar como tal, pues fueron en su inmensa mayoría muy deficientes, acabaron perdidos en la maraña defensiva de un Almería al que le bastó con atrincherarse en su área para no pasar apuros.
Ni olisqueando un premio tan suculento como el de asaltar la cuarta plaza, lo que habría sucedido en caso de victoria, fue capaz el Athletic de afilar el colmillo e hincarle el diente a la tropa de Gaizka Garitano. Queda el mal menor del punto, que mantiene al conjunto rojiblanco muy vivo en la lucha por los puestos europeos, pues la Champions asoma a solo dos puntos de distancia y por detrás, el Betis, que es sexto, tiene ocho menos y la Real Sociedad, séptima, nueve.
Eso sí, lo acontecido ante el Almería viene a evidenciar los dos problemas que ha manifestado el Athletic en las últimas semanas. Por un lado, una pobre versión cuando actúa lejos de San Mamés y, por otro, su verdadera capacidad para enlazar partidos entre semana y el fin de semana.
Obviando el importantísimo triunfo logrado el pasado miércoles en el Metropolitano en el choque de ida de las semifinales de Copa, el Athletic encadena tres partidos a domicilio en liga sin conocer la victoria: Valencia, Cádiz y Almería, en los que no ha sido tampoco capaz de marcar y su rendimiento en términos generales ha sido bastante pobre. Citas que, casualmente, han llegado inmediatamente después de jugar los octavos, los cuartos y la ida de las semifinales del torneo del K.O.
Cambiar el chip y activarse entre una competición y otra parece estar en el debe de este Athletic, aunque por el momento le basta para ir cumpliendo con el plan. Eso sí, no se puede pasar por alto que solo ha sacado cuatro puntos en sus visitas a cuatro de los cinco últimos clasificados: Mallorca, Cádiz, Granada y Almería, y que solo ha marcado un gol en dichos encuentros.
Cuestionado por los motivos que pudieron llevar a su equipo a ofrecer un rendimiento tan pobre anoche en Almería, la respuesta de Valverde no pudo ser más explícita: “Porque nosotros somos así”. El Athletic, el viejo Athletic.
La cifra
4
Son los puntos que ha sacado el Athletic en sus visitas a cuatro de los cinco últimos clasificados de la liga. Empató a cero en Mallorca, a uno contra el Granada, y en solo dos semanas ha igualado a cero ante el Cádiz y el Almería. En esos cuatro encuentros, además, únicamente ha sido capaz de marcar un gol.