Las vistas desde la tribuna principal del Estadio Nuevo Los Cármenes, que eran de postal en la soleada tarde del domingo, con Sierra Nevada al fondo luciendo un generoso manto blanco y sus pistas de esquí abiertas desde la pasada semana, se difuminaron por completo en la noche de ayer. Ni rastro de esa preciosa imagen. Todo fue distinto, al menos fuera del terreno de juego. En la grada, en el asiento en el que ya no estaba Antonio, tristemente fallecido en el transcurso del encuentro, el hueco del veterano abonado nazarí lo ocuparon una camiseta del Granada con su número de abonado, el 892, y un ramo de flores que hicieron llegar hasta allí los capitanes de ambos equipos, Víctor Díaz e Iker Muniain, antes del comienzo del partido. Tampoco el ambiente parecía igual de animado que en la previa, la asistencia se resintió notablemente y si el conjunto local saltó a calentar el domingo con la banda sonora de la mítica serie del Equipo A de fondo, anoche no les acompañó ninguna música.
En el verde las cosas sí apuntaban a ir en la misma dirección. Olvidado como parecía el error defensivo con el que arrancó el encuentro antes de que se tuviera que suspender, una acción en la que falló Aitor Paredes y en la que Unai Simón, cómo no, se convirtió en héroe –después se llevaría la ovación de la afición local por su gesto al ir a avisar al juez de línea de que algo estaba sucediendo en la grada–, el Athletic pareció dispuesto a seguir con la dinámica con la que disputó el primer cuarto de hora el domingo, que parecían haberse jugado meses atrás.
El conjunto rojiblanco mandó en el partido, hizo suyo el balón e inquietó muchísimo al Granada en la salida del balón, provocando errores groseros en la zaga nazarí que los jugadores de ataque del Athletic, otras veces tan inspirados, no acertaron a materializar. Si parecía olvidada la parada de Simón, qué decir del tanto con el que Iñaki Williams abrió el marcador. Esa escueta renta, al menos, impidió que la falta de puntería del equipo le condenara a sufrir una derrota. Salvó un punto la tropa de Ernesto Valverde, pero no puede considerarse bueno, entre otras cosas porque el Athletic visitó al penúltimo clasificado y porque se quedó con la miel en los labios de situarse a solo tres puntos del Barcelona, cuarto en la tabla.
Por lo general, cuando un equipo consigue un punto siempre existen dos tipos de lecturas, la positiva y la negativa. Entran distintos factores en juego en la evaluación, como la entidad del rival o el desarrollo del partido. Con todos esos ingredientes, no puede darse por bueno el empate. Sí, el Athletic sumó un punto más y sigue metido de lleno en la pelea por los puestos europeos, pero haber cometido tantos errores, especialmente en ataque, pero también en defensa, como demostró el gol en propia puerta de Iñigo Ruiz de Galarreta, refuerza esa sensación de que efectivamente, el punto fue malo.
Valverde no quiso poner excusas tras el choque. Explicó que a su equipo se le había hecho largo el día por todo lo que rodeó desde la previa al aplazamiento del encuentro. Hizo público que aprovechó la jornada para repasar los primeros minutos del domingo, pero no ocultó que se topó con otro Granada, más agresivo en los duelos y en la presión, lo que complicó sobremanera a su equipo, especialmente en la segunda mitad.
El conjunto nazarí, sumido en el dolor por la desgraciada pérdida de su aficionado, sacó fuerzas de flaqueza tras un primer tiempo para olvidar y un segundo de bastante mérito para sumar un punto que sí les sabe a gloria tras una jornada maratoniana que arrancó en la tarde del domingo y finalizó en la noche del lunes.
Todo lo que rodeó a la triste noticia que indudablemente condicionó el devenir del encuentro bien merece una profunda reflexión, empezando por la tardanza en poner una nueva fecha y siguiendo por la ausencia de un protocolo de actuación más concreto para situaciones así. Un mal punto. Una pésima noticia. Mucho por mejorar. Goian bego, Antonio.
La cifra
10
El encuentro que comenzó en la tarde del domingo y finalizó en la noche del lunes después de que tuviera que ser aplazado fue la décima visita liguera del Athletic al Granada en el siglo XXI. No maneja buenos registros el conjunto rojiblanco en sus partidos en el Nuevo Los Cármenes, donde ha cosechado cinco derrotas, ha sumado tres empates, con el de ayer, y únicamente ha conseguido dos victorias.
