El Athletic se reencontró ayer lunes, en la fría noche de Girona, con la competición liguera 17 días después. Es lo que tiene abrir la jornada previa al parón de selecciones y cerrar la posterior al mismo. Cosas del fútbol moderno, ese que permite que el City Football Group tenga un porrón de equipos en su cartera repartidos por distintos continentes. Entre ellos, el Girona, la gran sorpresa de la liga, que está siendo capaz de tutear a Real Madrid y Barcelona en una temporada que va camino de ser histórica pese a ser solo su cuarta campaña en la élite. El fútbol clásico, el de toda la vida, aquel que hasta hace no mucho representaba también el conjunto catalán, contra las modernidades actuales. Dos mundos frente a frente. Un hecho inimaginable hace solo un puñado de años. Ganó el fútbol de siempre, ese que se juega a pecho descubierto, valiente. Así afrontó el choque el conjunto rojiblanco y así lo acabó también. Como su rival. No hubo distinción alguna.

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El GIrona-Athletic, en imágenes EFE | Athletic Club

Fiel a ese estilo que gusta en Bilbao, con la intensidad por bandera, el Athletic intentó el asalto de Montilivi, un feudo casi inexpugnable esta campaña, donde solo el Real Madrid, que se llevó los tres puntos, había rascado algo. Claro que aún no habían pasado los leones por un campo que lucía un césped excepcional, pero al que no acompañan las gradas de mecanotubo instaladas hace ya algún tiempo para ampliar el aforo de un estadio acostumbrado a vivir tardes de fútbol alejado de la Primera División. Lo de los baños, casetas de obra ubicadas allí donde encontraron un pequeño hueco en su momento, daría para otro análisis que no toca.

Lo que toca es poner en valor el juego y la actuación del Athletic, que no se intimidó ante un Girona que si está donde está, colíder y empatado a puntos con el Real Madrid en la décimo cuarta jornada, es por puro merecimiento. Hasta la visita de los bilbainos, los pupilos de Míchel, al que se lo rifará media Europa de aquí a no mucho tardar, solo se habían dejado cuatro puntos en el camino; con los dos de anoche, ya son seis.

En esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido en las citas recientes ante Valencia y Celta, en las que el equipo tuvo que apelar a la épica para empatar y ganar, respectivamente, al Athletic no le hizo falta tanto. Se vio con el partido cuesta arriba pese a hacer méritos más que suficientes como para haber abierto el marcador, especialmente en la primera mitad, pero perdonó y casi lo terminó pagando.

“Si tienes un revés, se trata de no entregar la cuchara, estar peleando siempre, poder rehacerte. Las cuestiones emocionales siempre cuentan mucho. Ante el Celta lo hicimos y ante el Girona también en una situación más delicada, en la que nos habíamos lanzado a la presión más arriba, permitiendo que ellos jugaran con más espacio”. Así explicó Valverde la actuación de su equipo, que jugó a pecho descubierto para buscar un empate que llegó y un triunfo que se le escapó por poco.

En la previa de la visita a Montilivi, el técnico del Athletic apuntó que no quería que su equipo fuera vulnerable, que no se repitieran esos errores defensivos que en las citas previas al parón de selecciones tanto habían lastrado al equipo. Eso sí, lejos de buscar excusas y de querer solo la mejoría en dicha faceta, puso el énfasis en seguir haciendo bien aquello que sus futbolistas llevan más de un tercio de liga haciendo bien. Esto es, jugar al ataque.

Y así se dio forma a un partido muy atractivo para el espectador medio, quizá no tanto para los técnicos, por aquello de que hubo ocasiones en ambas áreas, si bien ni a Txingurri ni a Míchel, que dijo que el Athletic había sido el mejor equipo en pasar por Montilivi, se les vio a disgusto con el juego de sus respectivos equipos en la comparecencia posterior al encuentro.

Girona-Athletic | El análisis final de José Manuel Monje

Girona-Athletic | El análisis final de José Manuel Monje José Manuel Monje

Mejoró el Athletic en defensa, sin errores individuales de bulto, si bien le costó algo más que en otras citas marcar un gol. No todo iba a salir redondo en la visita a un equipo que apunta a hacer historia.

La cifra

50

Gorka Guruzeta disputó anoche en Montilivi frente al Girona su partido número 50 en liga con el Athletic. El delantero suma un total de 60 encuentros en todas las competiciones como león en la que es su tercera temporada en el primer equipo. Ha anotado hasta la fecha 13 goles, 12 de ellos en el torneo de la regularidad.