Hace un año, semana arriba semana abajo, el Athletic se desplazó a Montilivi pensando en que se trataba de una excelente ocasión para apuntalar su posición en la tabla a costa de un rival modesto. Desde entonces la percepción del equipo catalán ha experimentado un cambio radical. Aunque aquel partido se saldó con derrota (2-1), en el mes de febrero el signo del resultado que se dio en San Mamés fue idéntico (2-3) y el Girona completó un meritorio ejercicio, era impensable que hoy, a estas alturas del campeonato, el Girona fuese el líder incontestable de la categoría.

Podría afirmarse que el Athletic se encuentra donde estaba en noviembre de 2022, en plaza europea y brindando un nivel de rendimiento similar; no así un Girona que goza de una holgada ventaja, diez puntos que convierten la cita en un reto complicado. No en vano, una de las constantes en la trayectoria del equipo de Ernesto Valverde radica en que se le atragantan los conjuntos punteros. No es casualidad que en el primer tercio del calendario solo haya hincado la rodilla frente a Madrid, Real y Barcelona.

Lo cierto es que resulta obligado equiparar al Girona a esta clase de oponentes, habituales de la zona noble en los últimos tiempos. Va como un tiro y no se perciben fisuras o déficits en la propuesta de Míchel. El respeto que infunde el club catalán lo ratifica el despliegue de reportajes que se le han dedicado según se acercaba la fecha del partido. Hay mucho que comentar, material de sobra en torno al tipo de fútbol que propone y la sensación de fiabilidad que transmiten sus futbolistas, reflejada en los once triunfos que ha coleccionado como si nada.

Al margen de estudiar a fondo las características del Girona, Valverde ha dispuesto de un amplio margen de tiempo para revisar y corregir aspectos negativos que presidieron sus tres compromisos previos. El exceso de alegría, por decirlo finamente, observado ante Valencia, Villarreal y Celta se antoja una concesión peligrosa si delante hay un grupo con la autoestima por las nubes, persuadido de que cuenta con los resortes adecuados para imponer su ley. Un juego muy dinámico, que ha traducido en 31 goles, del que se ha valido para compensar los defectillos o la ausencia de contundencia que afean un tanto su balance defensivo.

En este sentido, cabría establecer un paralelismo con el comportamiento del Athletic, que se viene apoyando con éxito en la puntería para rebajar el impacto de los desajustes sin balón. Todo esto induce quizá a esperar un pulso abierto, con abundantes noticias en las dos áreas, pero tal posibilidad otorgaría sobre el papel cierta ventaja al Girona. Qué otra conclusión se puede extraer si hay que atenerse a los números de unos y otros. En cualquier caso y más allá del marcador final, la cita posee un atractivo innegable. Dos equipos que acostumbran a ir de frente favorecen la vistosidad y la emoción.

En el Athletic, lo probable es que la alineación de salida sea clavada a las de las dos jornadas más recientes. Aitor Paredes aparece como el único jugador que no se hallaría al cien por cien. Su presencia se da por seguro porque no hay más centrales específicos a los que recurrir y ha seguido un plan de trabajo orientado a garantizar su disponibilidad esta noche. El resto de los titulares no ha tenido percances, de lo que se deduce que el entrenador insistirá con todos ellos.

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De modo que la formación incluirá a Simón en la portería; De Marcos, Vivian, el citado Paredes y Lekue, en la línea defensiva; Galarreta y Vesga como centrocampistas y por detrás de Guruzeta, el trío que ha actuado en la mayoría de las jornadas: los hermanos Williams en los costados y Sancet ubicado en la franja central.

Sí habrá novedades en la convocatoria. De un lado, faltará Dani García, aquejado de un problema muscular surgido hace escasos días que le mantendrá al margen durante algunas semanas. Regresa a la lista Ander Herrera, quien sufrió su enésima lesión muscular hace un mes, en el calentamiento que precedió a la visita al Barcelona. Aún no está a punto Yuri Berchiche, ingresado en la enfermería en la misma fecha que Herrera.