A la fama que precede y persigue a José Bordalás, a sus equipos y sobre todo al Getafe, se le suma la estadística reciente, en absoluto favorable al Athletic, de forma que los augurios de cara a lo que pueda ocurrir esta tarde no alientan el optimismo. Se da por supuesto que San Mamés acogerá una batalla muy física, pero la clave radicará en la capacidad de los de Ernesto Valverde para asimilar la propuesta visitante, debilitarla y que sea su idea la que prevalezca. El Getafe va a examinar con rigurosidad el temple de los rojiblancos, su grado de convicción y la calidad de unos argumentos que hasta la fecha se han traducido en una desahogada posición en la tabla.

No es la cita más complicada de la temporada, pese a que los antecedentes activen una prevención justificada. Se espera que, en efecto, el Athletic gestione muchos obstáculos, pero la realidad dice que el Getafe no atraviesa un momento feliz. Cierto que el calendario lejos del Coliseum no le ha favorecido (Girona, Madrid y Real), aunque si solo ha puntuado como anfitrión se debe a la fragilidad mostrada en la faceta que le distingue. Bordalás lamenta la cuota de goles concedidos y pone como ejemplo precisamente al Athletic, con cuatro porterías a cero. Ayer martes reclamó a su plantilla que recupere su principal seña de identidad, la eficacia defensiva, el resorte del que se ha valido para competir bajo su dirección.

Con dos días menos de descanso, lo lógico es que Bordalás revolucione la alineación inicial en la esperanza de frenar en seco la dinámica de un Athletic donde asimismo habrá novedades, menos que en el bando opuesto. Las variaciones de Valverde hay que adivinarlas. Una es obligada por la lesión de Galarreta. Al hueco que deja optarían Dani García, Herrera y Unai. Los tres con escaso rodaje en la competición. El primero, ausente dos jornadas por lesión, es quien menos ha actuado, pero el tipo de choque que se prevé acaso favorezca su presencia. El perfil de Herrera se asemejaría más al de Galarreta, pero resulta significativo lo poco que ha sido utilizado, mientras que la participación de Unai se ha localizado en zonas más adelantadas.

La titularidad de Yeray, después del par de ratos de que ha dispuesto, tiene que estar al caer y no extrañaría en absoluto que su hora haya llegado y acompañe a Vivian en detrimento de Paredes. Es un cambio natural, por mucho que la pareja de centrales haya hecho un trabajo digno. Aplicando el criterio inverso al asunto de la jerarquía, no hay que descartar que Imanol vuelva a figurar en la pizarra en el lugar de un Yuri que, como cualquiera, puede agradecer un respiro, máxime pensando en que el sábado en Anoeta seguro que la zaga se verá más exigida que ante el Getafe.

En ataque, sin Nico Williams, cuya reaparición se decidirá sin prisa, con la calma que aconseja la prudencia, cuesta creer que Sancet o Iñaki Williams guarden turno en el banquillo. Sus aportaciones son básicas en la suerte del conjunto, ellos establecen las diferencias, el desequilibrio en las estructuras enemigas, por lo que en todo caso las especulaciones afectarían a otros compañeros.

Guruzeta y Berenguer, uno de los dos al menos, son susceptibles de ceder su sitio, para lo que se postularían Villalibre y Muniain. Desde luego, si alguien va a sufrir los rigores de la aspereza del Getafe, ese es el delantero centro. Al margen de que ambos arietes se repartan los minutos, como en las dos últimas jornadas, puede que intercambien el orden de aparición. El concurso de Berenguer, que no anda demasiado fino, se explica por la conveniencia de explotar los costados a fin de abrir espacios y diversificar así la producción ofensiva. Misión fuera del alcance de un Muniain poco inspirado, que viene enlazando tramos de media hora y por ello estaría en condiciones de gozar de una oportunidad de inicio.

Anticipar cualquier modificación distinta a las señaladas se convierte en un ejercicio de riesgo. Valverde no es muy amigo de grandes transformaciones y sí de mantener un bloque que esta vez, por la identidad del oponente, se va a esforzar para no pinchar en hueso.