El Athletic volvió a abrir las puertas de Lezama en la matinal del lunes, festivo en Bizkaia, y la afición volvió a responder con nota. No es novedad. Hay ganas de fútbol. Hambre de liga. El conjunto rojiblanco abrirá la competición ante el Real Madrid el próximo 12 de agosto en San Mamés y es posible que el resto de entrenamientos hasta entonces se celebren a puerta cerrada. Está por ver, pero los precedentes invitan a pensar en ello, por lo que fueron multitud, alrededor de 2.000, los seguidores que se pasaron por la factoría bilbaina para presenciar la cuarta sesión estival sin limitaciones de acceso. Se trataba, además, de la primera tras el viaje a México. No importó el calor.

Lezama volvió a llenarse para alentar a la tropa de Ernesto Valverde, que no pudo contar con los tocados Yeray Álvarez, Dani García, Nico Williams y Yuri Berchiche, cuya incorporación al grupo está prevista para los próximos días una vez complete la recuperación de la fractura de peroné sufrida en el último partido liguero del pasado ejercicio. Los presentes en el entrenamiento, Unai Gómez incluido en calidad de único cachorro superviviente de los siete que promocionaron en el arranque del verano, recibieron el incondicional apoyo de los aficionados.

Fue el caso también de Oihan Sancet, a quien se pudo ver in situ por primera vez en la pretemporada después de disfrutar de unos días extra de vacaciones por su participación en el Europeo sub'21 junto con Julen Agirrezabala y Aitor Paredes. El iruindarra, quien regresó el sábado al trabajo, se retiró al interior de las instalaciones antes del partidillo que organizó Valverde en dimensiones reducidas. Tampoco participaron en él Mikel Vesga y Alex Berenguer, quienes se apartaron del grupo minutos antes para realizar carrera continua.

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URIARTE, PRESENTE

Una vez finalizado el entrenamiento, que contó con la presencia del presidente Jon Uriarte y que concluyó con Valverde reunido con los hombres de ataque además de Óscar de Marcos e Imanol García de Albéniz, llegó el esperado momento de los autógrafos. Los futbolistas atendieron durante veinte minutos a los aficionados, con mayoritaria presencia de niños y niñas, para trabajar posteriormente en el gimnasio y poner así el punto final a una mañana en la que los leones recibieron el calor de una hinchada que calienta ya motores de cara al inicio liguero.