Athletic y Racing no fueron capaces de hacer gol en un partido serio, sin margen para las florituras, que fue a más en cuanto a ritmo a raíz de los múltiples cambios en ambos bandos. Fue en esta fase, con los equipos menos pendientes de ceñirse a los postulados tácticos, cuando los de Valverde pudieron apretar el acelerador en términos ofensivos, pues previamente el juego discurrió anodino, exento de profundidad. Las precauciones de los cántabros, que se esforzaron en no hacer concesiones, marcaron de algún modo la tarde, restando vistosidad a las evoluciones. Tampoco es que el Athletic diera muestras de querer asumir riesgos, por lo cual, mientras permanecieron sobre el terreno los titulares, el fútbol no regaló los ojos de los tres mil aficionados que abarrotaron el campo de la localidad de Cayón.
A modo de anécdota, aunque cabría realizar otra lectura menos inocente, señalar que el Athletic presentó, en el primer amistoso al que llegaba con la mayoría de sus efectivos disponibles, una alineación que se parecía muchísimo a la utilizada la pasada campaña en el estreno liguero. Repitieron ocho jugadores del bloque que el pasado 15 de agosto mereció bastante más que el insulso empate sin goles registrado ante el Mallorca. Solo faltaron Yuri, en fase de rehabilitación, Sancet, aún de vacaciones, y Vesga, que empezó en el banquillo. Sus puestos fueron ocupados por Imanol y Ruiz de Galarreta, dos de las novedades del curso, además de Dani García.
Apuntar asimismo que hasta cinco titulares, ausentes en la gira por México, intervenían en su primer ensayo: De Marcos, Yeray, Imanol, Dani García y Villalibre. A Valverde le interesaba ver en acción a estos hombres cuanto antes, pensando en que el calendario avanza y la próxima semana viene una serie de tres partidos frente a Celtic, Eibar y Manchester United.
Una entrada al bulto de Vicente a Vivian nada más empezar anunciaba un choque sin concesiones. La verdad es que patadas e interrupciones hubo para regalar en medio de una dinámica que el Athletic mantuvo bajo control con relativa suficiencia. Su rival no le discutió la iniciativa, optó por el repliegue en terreno propio y dado que los rojiblancos se manejaron con cierta parsimonia, el resultado fue que apenas hubo situaciones de auténtico peligro. Galarreta y Muniain se asociaron con asiduidad sin lograr que la pelota llegase a zona de peligro. Iñaki Williams, bastante individualista, anotó dos disparos mal dirigidos desde la frontal. La única oportunidad nítida corrió a cargo de un apagado Berenguer, quien recibió en corto de Villalibre en el área y cruzó de manera muy desviada con todo a favor para batir a Ezkieta.
Mucho toquecito en torno a la divisoria, escasa alegría en las evoluciones, con De Marcos algo más atrevido que Imanol para progresar por las alas. El Racing se mantuvo compacto y lo poco que planteó en la creación pivotó en torno al habilidoso Vicente, a quien nunca le quema el balón, siempre busca servicios profundos y se convirtió en el saco de los golpes. La lesión de Yeray, que pasada la media hora solicitó el cambio mermado por un golpe en la espalda, y una amarilla de Dani García, quien minutos después flirteó con la segunda tarjeta, fueron algunas de las incidencias más reseñables dentro del anodino panorama deparado por ambos contendientes.
Valverde encaró la reanudación con los del inicio, salvo Nolaskoain que había suplido a Yeray y Agirrezabala. Consideró que es tiempo de elevar la exigencia y aguantó hasta el 60 para realizar de golpe las nueve sustituciones restantes. Comentar que Vesga ejerció de central y Prados se ubicó en el lateral derecho. El Racing dosificó más los cambios, pero afrontó el último cuarto de hora con una formación totalmente renovada en torno a Ezkieta. Se observó más brío en el arranque de este período, pero para reseñar solo una salida del marco de Ezkieta que abortó el intento de Iñaki Williams a servicio de Muniain.
Con los equipos más sueltos, un mayor dinamismo y otra generosa ración de faltas, el encuentro fue enfilando su conclusión con los porteros prácticamente inéditos. Pero de repente se activó Nico Williams, burló a su par y chutó de zurda con veneno, Ezkieta repelió apurado y Herrera empalmó el rechace, que se marchó a córner gracias al oportuno desvío de un defensa. En adelante, el Racing se vio agobiado, pese a la ausencia de acciones bien culminadas. Al menos, el empuje del Athletic se dejó sentir, había ganas de establecer la diferencia en el marcador.
Un derribo de Nolaskoain a Lago Junior al borde del área, aportó una pizca de polémica a un pulso que seguro habrá sido útil para completar la rutina de las sesiones de entrenamiento. Roto el encuentro, perseveró el Athletic en pos del triunfo. Adu Ares y Herrera quemaron los últimos cartuchos. Añadir que no hubo forma de rentabilizar el balón parado, a pesar de que menudearon los córners y las faltas en ese rato en que los de Valverde pisaron el acelerador. Nada nuevo en este sentido.