Fue puntista, como su aitite y se acercó a la política. Pero su gran pasión es el fútbol y en la gira mexicana del conjunto rojiblanco está ejerciendo de anfitrión. Seguirá en directo los partidos ante Chivas y Necaxa y participará también en distintos actos.

Para el presidente de la liga de México, ¿qué supone que un equipo como el Athletic venga a jugar dos partidos, ante Chivas y Necaxa?

Supone un gran acontecimiento para la Liga MX, para el fútbol mexicano y para los dueños de ambos equipos, porque el Athletic es uno de los grandes equipos de LaLiga y ha sido seguido aquí por muchas generaciones de vascos. Y no me quito de esa lista, pues es mi caso también, pero no hay que hablar de una persona solamente. Lo importante es que una institución como el Athletic, que tiene más de 100 años, venga a jugar con instituciones mexicanas que también tienen más de 100 años y que el fútbol de LaLiga se acerque a México.

¿Qué esperan de estos dos encuentros?

La repercusión comenzó desde la disputa del partido de ida del trofeo Árbol de Gernika, que permeó mucho en México. La primera consecuencia es que Necaxa va a celebrar su 100 aniversario jugando ante el Athletic. La segunda, que ha generado mucho interés en la comunidad vasca en nuestro país. Supone contarle la historia a la afición mexicana de dos clubes que tienen rasgos fundamentalmente comunes. El jugar con puro nacional, las Chivas juegan con puro mexicano y el Athletic juega con puro vasco. Y tercero, la camiseta rojiblanca, un factor que repercute en Necaxa, Chivas y Athletic. Además, tanto las Chivas como el Athletic son equipos que nunca han bajado a Segunda y son de los equipos que más títulos tienen en ambas ligas.

¿Cómo surgió la idea de unir a las Chivas, y por ende, a la Liga MX, y al Athletic?

Mi padre empezó ese proyecto con el papá de Amaury Vergara –propietario del conjunto de Guadalajara–. Tuvieron la idea de jugar contra el Athletic, por el pasado vasco de ambos, pues el abuelo materno de Amaury, Bautista Zaratain, nació en Bilbao. Y ahora nos toca a los dos hijos no solamente llevar adelante este evento, sino generar una relación formal entre las Chivas y el Athletic. Amaury tiene un gran sentimiento por lo vasco y en el momento en el que lo hablamos, te diría que hace un año y medio, que fue cuando se lo puse sobre la mesa, no lo dudó y luego se lo planteamos a la Junta Directiva del Athletic. Este partido tiene una gran carga emocional por todos los lados.

¿Tienen medida la audiencia que podría tener el partido entre las Chivas y el Athletic?

El encuentro se va a retransmitir por TUDN y Univisión. Chivas es uno de los equipos que más audiencia tiene en televisión, por lo que te diría que entre dos y tres millones de personas contabilizando México y Estados Unidos. Eso sería el equivalente a un muy buen partido de Primera División de la Liga MX. Y creo que se podría superar ese dato en el partido de este domingo. Y en lo que a la asistencia al campo se refiere, espero que haya una entrada que se acerque al lleno. Además, las Chivas ocupan el primer lugar de la tabla en la clasificación.

¿Espera que la relación entre ambos equipos pueda tener continuidad en el tiempo?

El calendario de cada liga hace que sea muy difícil de acomodar. Quiero agradecerle a Jon Uriarte, el presidente, y a todo el cuerpo técnico del club. En Bilbao nos recibieron de manera extraordinaria y nunca vamos a dejar de agradecérselo. Las relaciones entre la Liga MX y el Athletic van a durar mucho porque hay sustancia y buen entendimiento entre las dos partes.

Su aitite fue un importante puntista, nacido en Markina, que emigró después a México. A nivel personal, ¿qué le supone a usted esta estrecha relación que ha iniciado con el Athletic?

Para mí es un sueño, porque él me enseñó la grandeza del Athletic. Markina es un lugar de hinchas ejemplares del Athletic. Y yo personalmente estoy enormemente contento, muy feliz.

Usted heredó la pasión pelotazale de su aitite, pues llegó a disputar varios Mundiales de pelota representando a México.

Mi aitite empezó jugando en el frontón de Miami y vino a México en 1929. Jugó también en La Habana, que era el frontón más importante del mundo. Durante 30 años seguidos, estuvo jugando entre Miami, La Habana y México. Te diría que nosotros, y hablo por la generación de mi padre y la mía, no habríamos podido estudiar si mi abuelo no hubiera sido profesional del deporte durante tantos años. Y en lo que a mí respecta, representé a México a lo largo de 27 años. Jugué seis Mundiales, conseguí cinco medallas de plata, una de bronce y fui campeón panamericano. Entonces, imagínate esto que me dejó mi abuelo en herencia deportiva.