LLEVAR 43 primaveras retirado no son nada si te llamas José Ángel Iribar. Qué son más de cuatro décadas fuera de los terrenos de juego cuando se es el patrimonio más querido del Athletic. Cuando niños –y no tan niños– que nunca te han visto jugar se detienen a tu lado para mirarte con pasmo. A punto de cumplir 80 años, lo hará el próximo 1 de marzo, Iribar es uno de los más solicitados cuando se deja ver por Lezama. Siempre comedido y elegante, con el porte de un eterno guardameta, el zarauztarra lleva atendiendo con dilección a todas las generaciones que le sucedieron desde su debut hasta la actualidad. Y no son pocas. De hecho, el exportero es la leyenda que más veces ha defendido el escudo del Athletic con un total de 614 encuentros divididos en 18 temporadas. Además, su figura trascendió el fútbol y se instaló en el plano social. Iribar se hizo querer más allá del Athletic, de San Mamés y de Bizkaia. Por ello, no es de extrañar que en la actualidad el Txopo todavía conserve cinco peñas que llevan con orgullo su apellido y que, además, todas ellas tengan su sede fuera de Euskadi. Peña Serona Athletic de Iribar (Badajoz), Peña Iribar de Toledo, Peña Iribar de Madrid, Peña Iribar de Foz (Lugo) y Peña Iribar Villacarrillo (Jaén) son las agrupaciones rendidas al futbolista y a la persona.

“¿Que por qué Iribar? Porque es una leyenda. Hasta sacaron canciones muy buenas sobre él, como la de Iribar es cojonudo… Además, es grande tanto dentro del campo como fuera de él”, dice Daniel Cerdeño, presidente de la Peña Iribar de Toledo. Con 37 peñistas, esta agrupación está viviendo una segunda juventud. Porque fue creada por el tío de Cerdeño en 1986, cuando el exguardameta ya era exguardameta: “En esa época se movían mucho, se viajaba y se iba a partidos. Estuvieron con muchos jugadores como Goikoetxea o Guerrero, pero en 2010 mi tío tuvo que dejar la presidencia y entonces la peña bajó bastante”. Fue hace apenas unos meses cuando el sobrino decidió seguir la estela familiar y se puso al frente de una Junta Directiva que decidió por unanimidad continuar portando en su nombre al gran Iribar: “El fútbol antes era de otra manera e Iribar siempre fue muy cercano con nosotros, así que esta peña lleva merecidamente su nombre porque Iribar va a hacer 80 años de éxitos tanto deportivos como personales. Así que estamos orgullosos de portar su nombre”.

A 300 kilómetros de Cerdeño se encuentra Ceacero, su homólogo de la Peña Iribar Villacarrillo de Jaén, una agrupación que oficialmente se fundó en 1997 pero que puede presumir de llevar vigente mucho más tiempo. “Realmente fue fundada en los años 60, pero se adecuó por el tema de los estatutos y así se quedó”, dice el propio Ceacero. Eso explica el origen de la peña, pero no por qué se decantó por venerar a Iribar. Y ahí el presidente sonríe tanto que incluso se intuye al otro lado del teléfono: “Ahí fui yo el culpable porque yo crecí con él. Cuando los partidos no se televisaban, solo se radiaban, escucha los encuentros del Athletic y se me quedó grabado Iribar en el recuerdo. Porque es que era muy bueno, pero es que además siempre ha sido un señor. Con el Athletic y en las Eurocopas y en el Mundial. De hecho, las veces que he subido a Bilbao siempre he podido estar con él en persona”. De esta forma, en Villacarrillo se es del Athletic, pero más aún se es de Iribar. “Es una herencia que se pasa de padres a hijos con mucho cariño. Yo la heredé de mi padre y ahora la está adquiriendo también mi hijo. Es el amor a los colores”, concluye Ceacero.