Repetir alineación en partidos consecutivos se interpreta como síntoma de que el equipo goza de buena salud deportiva. El interés del entrenador en mantener a los mismos hombres suele obedecer básicamente a que los resultados acompañan, circunstancia recogida en esa norma que aconseja no tocar aquello que funciona. En el caso concreto del Athletic podría suceder que el sábado en el Sánchez Pizjuán se presente con la formación que acaba de vencer a Elche y Almería. Ernesto Valverde carece en principio de motivos para alterar el once compuesto por: Simón; De Marcos, Yeray, Iñigo, Lekue; Sancet, Vesga, Muniain; Nico Williams, Iñaki Williams, Berenguer.

Serían pues tres compromisos seguidos apostando por una fórmula exitosa, lo cual tampoco es frecuente, ni siquiera con el viento soplando de cola. Si se acude a los archivos se comprueba cuán difícil resulta hallar precedentes de lo que presumiblemente se producirá este fin de semana. Una cosa es que todo vaya como la seda, pero en el diseño del equipo titular confluyen al menos dos factores que condicionan el criterio del técnico: el estado físico de los futbolistas y el calendario.

Siguiendo con el ejemplo que nos ocupa, en las siete jornadas disputadas hasta en dos ocasiones una alineación se ha repetido en dos partidos sucesivos: en la tercera y la cuarta y de nuevo ahora en la sexta y la séptima. En la primera de las oportunidades hubo variaciones porque Yeray y Vesga tuvieron molestias, lo que dio pie a que entrasen Iñigo Martínez y Dani García. Es muy probable que idéntico argumento haya evitado que en el Athletic hubiese más alineaciones iguales. Así, en la tercera jornada asomó Lekue porque Yuri ingresó en la enfermería, el resto fueron los que estuvieron de salida en la jornada previa. Y poco después, entre la quinta y la sexta jornadas, Valverde retocó la demarcación de central, la indisposición de Vivian impulsó el regreso de Yeray.

En realidad, con la excepción de Villalibre, titular en el estreno de la competición que no ha vuelto a actuar de inicio y no ha sufrido contratiempo físico alguno, siempre que Valverde ha cambiado lo ha hecho empujado por los partes médicos. Con otras palabras: el Athletic se apoya en un bloque perfectamente definido, donde los titulares son igual de reconocibles que los suplentes. A día de hoy, cualquier aficionado canta de carrerilla los nombres de los favoritos del entrenador.

El papel de Lekue

Como mucho salen un par de puestos donde cabría citar dos alternativas a fin de no equivocarse, pero a ver quién es el guapo que cuestiona la prevalencia de Simón, De Marcos, Yeray, Iñigo, Lekue, Sancet, Muniain, Berenguer y los hermanos Williams. En este repaso, figura Lekue, en teoría el tercero en el escalafón para jugar de lateral izquierdo, por detrás de Yuri y Balenziaga. El azar ha querido que quienes le anteceden no estuviesen aptos en la mayoría de los compromisos y Lekue acumula cinco partidos a gran nivel, lo que a expensas de lo que depare el futuro le legitima para ser considerado como titular.

Otras demarcaciones que fomentan el debate serían el centro de la defensa y el medio centro, que implicarían a Vivian, que responde cuando es requerido, y a Vesga y Dani García, ambos destacados en sus participaciones.

Además de los marcadores y las incidencias (lesiones y suspensiones por tarjetas) que impiden a un futbolista acceder a las convocatorias, hay que reparar en el calendario para entender la complejidad que entraña repetir equipo. Todavía Valverde no se ha visto en la tesitura de repartir esfuerzos, dado que el Athletic solo ha jugado un encuentro por semana. Con semejante cadencia, los plazos de recuperación del futbolista están garantizados. De no mediar molestias graves, el jugador asume sin dificultad la exigencia de competir cada seis o siete días. Pero en breve se va a intercalar una jornada entre semana y entonces el baile de piezas será inevitable.

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Valverde deberá dosificar al personal con el objetivo de que el comportamiento del conjunto no se resienta. El elevado ritmo y la intensidad que distinguen al Athletic obligan a repartir minutos en la plantilla. Una semana después de medirse al Sevilla viene a Bilbao el Atlético de Madrid, tres días más tarde los rojiblancos acudirán a Getafe y al de cinco días se desplazarán al Camp Nou.

El año pasado, Marcelino García Toral encadenó con un mismo once los partidos con Valencia, Alavés y Villarreal, pero al jugarse los dos siguientes en el plazo de una semana, cambió a cinco y cuatro hombres. Algo parecido se vivirá pronto.