Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Es una máxima que quizá se tenga que aplicar también al Bilbao Athletic. No en vano, el filial rojiblanco vive una historia que es bien conocida. Vuelve a caer en los mismo errores. Vuelve a repetir un flojo arranque de liga en el grupo II de Primera RFEF, que le sitúa en la zona baja de la tabla. Recorridas las cinco primeras jornadas, el conjunto de Bingen Arostegi no presume de la inercia que anhelaba. Solo ha sumado cuatro de los quince puntos posibles y que retratan el déficit de un equipo que únicamente ha sido capaz de amarrar un punto en los tres encuentros que ha disputado en Lezama, lo que deja en mal lugar su credibilidad como anfitrión. Por orden cronológico, La Nucía y el Eldense ya se llevaron la victoria en sus respectivas comparecencias en la factoría rojiblanca, mientras que la Real Sociedad B, en el reencuentro del miniderbi dos cursos después, atrapó el sábado un empate en el tramo final del choque gracias a una fortuita acción del cachorro Unai Vélez, que desvió hacia su propia portería un centro desde la izquierda del realista Lespinasse. Se escapó, por tanto, el triunfo para un Bilbao Athletic que no termina de carburar y que se mete en urgencias a las primeras de cambio.

Lo cierto es que este titubeante inicio liguero obliga a retroceder doce meses atrás. Entonces, el Bilbao Athletic entró con dudas en el estreno de esta nueva categoría, aunque sus números a estas alturas de la película superaban sensiblemente los actuales. Tampoco era para echar cohetes. Así las cosas, el equipo dirigido aquellas fechas por Imanol de la Sota, actual técnico del Barakaldo, había cosechado siete puntos, con mejores sensaciones en Lezama frente a estos cinco a día de hoy, y su pegada superaba con creces a este equipo de Arostegi, siete goles frente a tres. La cuenta de tantos encajados es la misma, seis en cinco partidos. Son situaciones parejas, si bien son dos ideas diferentes, pese a que son un buen número de futbolistas lo que continúan como cachorros. La realidad dice que esto no ha hecho más que comenzar y que este Bilbao Athletic está obligado a enderezar el rumbo. Y tiene dónde mirarse. El filial de doce meses atrás encadenó desde la sexta jornada trece partidos sin ganar, una crisis que ocasionó la destitución de De la Sota.

Bingen Arostegi reconoció tras el derbi ante le Real B que el empate le dejó mal sabor de boca. “Ha sido una pena porque hemos tenido el control del juego y hemos merecido ganar. Lo que no podemos hacer en un partido que teníamos controlado los últimos diez minutos terminarlo de esa forma”, reflexionó el de Bermeo, que lamentó la desgraciada jugada que supuso el 1-1 definitivo: “Una imprecisión defensiva, un gol en propia puerta, te deja ese mal sabor de boca. El equipo ha trabajado, ha competido bien, se ha puesto por delante del marcador y una acción puntual nos ha impedido ganar el partido”.

El preparador de los cachorros, con todo, prefiere ver la botella medio llena y poner el foco en la siguiente cita, con la visita al Calahorra: “Todos los partidos van a ser complicados en esta categoría. Somos conscientes de ello y tenemos que prepararnos para trabajar durante la semana para llegar en las mejores condiciones a cada encuentro”.