Vuelve a cobrar fuerza la opción de que Ander Capa, sin equipo desde el pasado 30 de junio, se incorpore a la disciplina del grupo que dirige Ernesto Valverde. Este nuevo giro, el enésimo en una negociación interminable, podría concretarse en las próximas horas o días. No extrañaría que fuese antes del fin de semana, cuando la expedición del Athletic sale de viaje hacia Centroeuropa, donde ha organizado una concentración que incluye varios amistosos. El acuerdo que la directiva de Jon Uriarte y Capa estarían dispuestos a suscribir contempla una sola temporada, si bien podría extenderse a una segunda siempre que se cumpliesen una serie de condicionantes relacionados con la participación del futbolista. El defensa lateral de 30 años, que pretendía asegurar dos años como mínimo, percibiría además una ficha notablemente inferior a la que solicitaba.

No ha pasado ni una semana desde que se filtrase la rotunda negativa de Capa a aceptar los términos de la oferta que le había trasladado el Athletic, por estimar que se hallaban muy alejados de lo que él esperaba. Tras conocerse esta postura, que de buenas a primeras cabía interpretar como la interrupción definitiva de unas negociaciones que arrancaron en 2020, entonces con Aitor Elizegi en la presidencia y Rafa Alkorta en calidad de director deportivo, resulta que no, que Capa se lo ha pensado mejor y va a dar su brazo a torcer.

SIN ALTERNATIVAS FUERA DE BILBAO

Entre los motivos que han influido en el cambio de criterio del jugador, sin duda está el interés de Valverde en contar con sus servicios. De otro modo, carecería de sentido que la actual directiva continuase enfrascada en una operación muy controvertida, plagada de episodios que conducían directamente al divorcio. Por otra parte, pese a que no se sepa a ciencia cierta, no es necesario bucear en el mercado de Primera para deducir que Capa no ha encontrado fuera de Bilbao alternativas que le colmen para seguir ejerciendo su profesión. Once días, que es el tiempo que lleva Capa en el paro, no son muchos, pero también habría que contabilizar los meses previos como un período hábil para recibir sondeos o proposiciones de otros equipos. De ahí que el hecho de que ahora sea receptivo al planteamiento de Ibaigane se entienda como un paso atrás porque no se le ha presentado nada que de verdad le seduzca.

De confirmarse los detalles que han ido trascendiendo a lo largo del tira y afloja, Capa volverá a vestir la camiseta rojiblanca cobrando la mitad de lo que el club le hubiese abonado de haber firmado las condiciones que le pusieron encima de la mesa hace treinta meses. En aquel momento, siendo un fijo en las alineaciones, la intención de Capa era alargar en dos años el contrato que vencía en 2022, mientras que Alkorta solo accedió a darle un año más (el correspondiente al ejercicio 2022-23) y la revisión de su ficha al alza en los dos anteriores, que ya tenía amarrados.

SIN MINUTOS

Al margen de los vaivenes en los despachos, el rol de Capa en el equipo experimentó un declive a raíz de la destitución de Gaizka Garitano en enero de 2021. No tardó Marcelino García en mostrar sus preferencias por De Marcos y en la campaña siguiente, esta última, el asturiano perseveró en su criterio, si bien por una plaga de lesiones que afectó a los candidatos a ocupar el lateral derecho, Iñigo Lekue cobró un protagonismo estelar que coincidió con la primera mitad del calendario. Luego, De Marcos recuperó la titularidad. Capa supo desde un inicio que no entraba en los planes de Marcelino, quien le otorgó unos minutos, tres, en el último encuentro que acogió San Mamés. Se supone que para que se despidiese de la afición.

Todo indica que ahora Valverde va a permitir a Capa recobrar sensaciones pretéritas, que la directiva de Uriarte, a un coste discreto, le abre la puerta e invierte así el curso de una historia que sugería el desenlace opuesto.