Athletic y Valencia vuelven a verse las caras dos meses después de su anterior enfrentamiento. En esta oportunidad hay en juego tres puntos que, se mire como se mire, no poseen el mismo valor para uno y otro equipo. En realidad, solo el Athletic dado que mantiene en pie opciones matemáticas de ubicarse en plaza continental, estando además relativamente asequible la séptima, que ahora le queda a un punto de distancia. Parece poca cosa y objetivamente lo es cuando faltan por disputarse cuatro partidos, doce puntos, pero esta impresión cobrará sentido mientras los chicos de Marcelino sean capaces de sumar. No les vale sumar de cualquier forma, ha de ser en cantidad superior al Villarreal, al que pretenden adelantar. A estas alturas los tropiezos están prohibidos.

El Valencia, en cambio, hace tiempo que dejó de mirar a Europa. Aunque se pasó varias semanas echando el aliento en el cogote de los rojiblancos, su actual situación no le concede ni la más mínima probabilidad de colarse en la zona noble. El conjunto que dirige José Bordalás va a terminar en tierra de nadie, ajeno al frío y al calor. Ni el temor al descenso ni la ilusión por alcanzar una recompensa afectan ya al Valencia, cuya motivación estaría asociada al prurito profesional. Ganar por el escudo sería por tanto su lema, el aliciente en que inspirarse mañana, sin obviar que algo tendrá que decir su entrenador. Cuesta pensar en que Bordalás se deje ir en una cita oficial o que se lo vaya a permitir a sus futbolistas.

En función de las posiciones que ocupan y de su significado práctico, se diría que el Athletic Lo reflejaría la ventaja de ocho puntos sobre el cuadro levantino, así como las desiguales inercias de ambos: el Athletic viene de resolver con triunfo sus dos compromisos recientes, lo que le ha revitalizado, y para dar con el último éxito del Valencia hay que remitirse a mediados de marzo. Es decir, que acumula cinco jornadas de liga sin oler la victoria. La consecuencia directa de este dato dice que el Athletic ha doblado la ventaja que le separaba del Valencia a finales de febrero.

Conviene poner en su contexto este comportamiento dispar en la liga, pues no se entendería si se obvia la influencia de la Copa. Era inevitable refrescar lo sucedido a caballo entre febrero y marzo, aquella semifinal que resolvió el Valencia en el partido de vuelta ante su afición con un solitario gol, tras haber arrancado un empate a uno en la ida celebrada en Bilbao. Entonces, una vez el Valencia contradijo el pronóstico que designaba como favorito al Athletic por haberse clasificado para las dos finales previas y por contar con más puntos en la liga, la temporada adquirió significados distintos. Lógicamente, consumada la eliminación, el Athletic se vio abocado a centrarse en la carrera por meterse en Europa, justo al revés de lo que sucedió en el seno del vestuario del Valencia, que enfocó su futuro en el corto plazo a la conquista del título copero.

repunte y caída

La semifinal tuvo un efecto muy positivo en el Valencia, traducido en el acopio de siete de los siguientes nueve puntos que disputó, pero a medida que se aproximaba el 23 de abril, fecha de la final con el Betis, su cabeza dejó de estar en lo que se celebraba. Así, enlazó un par de empates, luego Osasuna invadió Mestalla y seguido se produjo una nueva derrota, en La Cerámica. Contra el Villarreal, Bordalás puso en el campo a diez suplentes; cuatro días más tarde compareció en La Cartuja con la formación de gala y no anduvo lejos de salirse con la suya. El Betis necesitó un pleno en la tanda de penaltis para impedir que el Valencia saliese campeón. Después, el Valencia afrontó el derbi de su ciudad y no pudo impedir que el Levante puntuase, pero también es cierto que estuvo en inferioridad numérica una hora por la expulsión de Gayá.

Total que desde la semifinal, el Valencia ha sumado diez puntos en ocho jornadas, cuatro menos que un Athletic que ha pasado este tramo del calendario alternando un poco de todo, en la línea del ejercicio. Le arregla el balance ese par de triunfos consecutivos ante Cádiz y Atlético de Madrid, muy convincente el segundo y totalmente desconcertante el primero, que ha supuesto combustible para un ánimo que antes anduvo algo alicaído. A ello se une que la gran aventura del Villarreal en la Champions ha potenciado la candidatura de los de Marcelino, en cuyas mentes no es preciso que revolotee la ronda copera con el Valencia para mañana sábado salir a por todas.

el dato

888

Días. El Athletic buscará mañana frente al Valencia sumar su tercera victoria seguida en liga para mantener las esperanzas de acceder a competición europea. Precisamente mañana se cumplirá una racha de 888 días sin conseguir tres triunfos consecutivos. Los leones no enlazan tres victorias desde la temporada 2019-20, con Gaizka Garitano. El precedente se dio entre el 10 de noviembre y el 1 de diciembre de 2019, al ganar a Levante (2-1), Osasuna (1-2) y Granada (2-0). Seguido, el Betis frenó la racha al vencer 3-2.

la actualidad

seis jugadores apercibidos

Ante el Valencia. El Athletic cuenta con las dudas sobre la participación contra el Valencia este sábado de Oihan Sancet y Asier Villalibre, pero además seis leones llegarán al encuentro apercibidos de sanción por acumulación de cartulinas amarillas. Dani García acumula nueve tarjetas amarillas, mientras que con cuatro aparecen Óscar de Marcos, Unai Vencedor, Mikel Vesga, Nico Williams y Alex Petxarroman. De modo que si alguno de ellos ve una nueva amonestación se perderá el próximo encuentro, contra el Granada, cuando solamente restarían tres jornadas para la conclusión del campeonato liguero.