“Mi primer enfrentamiento con el Athletic en San Mamés (temporada 1986-87) como jugador del Barça fue un día complicado. Empatamos 2-2 después de ir ganando 0-2. Tuvo un punto desagradable, con calificativos como pesetero y esas cosas”. La declaración es de Andoni Zubizarreta (Aretxabaleta, 23-XI-1961) en la entrevista concedida a este diario el pasado abril, en medio de las dos finales de Copa que el conjunto rojiblanco disputó en La Cartuja ante la Real Sociedad y el Barcelona. Zubizarreta fichó por el Barça, que pagó más de 100 millones de las antiguas pesetas (unos 600.000 euros), después de conquistar dos títulos de Liga, uno de Copa y otro de Supercopa en las filas bilbainas. “Yo no salí, me salieron”, matizó entonces. Hubo un sector athleticzale que no entendió aquella operación que generó tal situación incómoda en su regreso al viejo San Mamés, con las dosis de morbo habituales en estos casos. Alex Remiro (Cascante, 24-III-1995) vuelve mañana a La Catedral. Ya lo hizo en las dos temporadas anteriores: en la primera, con público en las gradas, fue suplente y en la segunda se jugó a puerta cerrada. En esta ocasión más de 40.000 gargantas asistirán al derbi y Remiro, en caso de que juegue de titular, se someterá a un escenario que se intuye hostil hacia su persona y lógicamente el foco estará puesto en el navarro, que salió del Athletic, aunque no llegó a debutar en el primer equipo en partido oficial, por la puerta de atrás.Los casos de Zubizarreta y Remiro, con todo, son dispares. En la memoria athleticzale aún se mantiene latente y caliente la decisión del segundo de no renovar por el Athletic, ni con la Junta Directiva de Josu Urrutia ni con la de Aitor Elizegi, y que le llevó a vivir un año en blanco cuando ya tenía un acuerdo con la Real. Las formas de Remiro no gustaron en Bilbao y, obviamente, le pueden pasar factura. Su determinación de recalar en la entidad donostiarra se sabe legítima por mucho que escociera en Ibaigane, pero sus gestos a posteriori son los que más le han retratado. Remiro, además, no ha hecho ningún guiño hacia el Athletic desde su marcha, pese a que recalara en Lezama con 14 años de edad y haya permanecido en la factoría rojiblanca una década, y sus actitudes las ha proyectado en sentido contrario. No hay más recordar aquellas declaraciones muy críticas hacia Urrutia y José Mari Amorrortu, exdirector deportivo: “Pasé dos semanas horribles por la presión que recibí desde arriba. El sábado jugábamos contra el Leganés y el viernes por la tarde, tras el entrenamiento, Josu Urrutia y Amorrortu me meten en una sala y me ponen delante un contrato que tengo que firmar”.

Nada más ganar la final de Copa el pasado 3 de abril, el de Cascante colgó en las redes sociales un vídeo en el que se mofaba de Iñaki Willimas, su excompañero en el Athletic, al parodiar a este último por su celebración tras conquistar el equipo rojiblanco la Supercopa tres meses antes: “Me voy a dormir...”. Cuatro días después de la final copera, los dos equipos se reencontraron en liga en Anoeta, los rojiblancos hicieron el pasillo a la Real y solo Iker Muniain saludó a Remiro. En el derbi liguero de la primera vuelta de esta liga festejó con aspavientos la expulsión del león Iñigo Martínez con el 1-0 en el marcador a favor de la Real, aunque pocos minutos después un flagrante error suyo propició el tanto del empate del Athletic en los suspiros finales del choque. El navarro no pudo evitar el escarnio del que fue víctima en las redes sociales y pasadas unas horas reconoció el mal momento por el que pasó. “Ha sido la peor noche de mi vida, no he podido dormir y me he pegado mis horas de llorar y pensar”.

Desde que Remiro saliera de Lezama, Athletic y Real se han visto la cara en seis ocasiones, y el de Cascante no ha perdido en ninguna de las cinco en que ha participado. Mañana le tocará, en caso de que Imanol Alguacil crea oportuna su titularidad, jugar por primera vez ante el público de San Mamés, que, se quiera o no, se pronunciará sobre su persona. Morbo en su máxima expresión.

“Ha sido la peor noche de mi vida, no he podido dormir y me he pegado mis horas de llorar”

Portero de la Real Sociedad (tras su fallo que supuso el 1-1 en el derbi de la primera vuelta en Anoeta)