El encuentro del pasado viernes todavía escuece en el entorno athleticzale. El empate con el que se tuvo que conformar el Athletic en su duelo ante el Granada dejó un mal sabor de boca en su masa social, no solo por el resultado, escaso para los objetivos marcados por el conjunto rojiblanco, sino también por las deficiencias que ofreció el colectivo de Marcelino, que da la sensación de haber entrado en un evidente bache que explica su negativa racha de encadenar cinco jornadas consecutivas sin vencer. El mes de noviembre ha sido poco fructífero para el Athletic, que solo ha sumado 4 de 15 puntos posibles, por lo que hay que remontarse al 23 de octubre para recordar la última victoria de los leones, la que firmaron sobre el Villarreal de Unai Emery. Aquella noche el club ganó en el césped, cuando en las horas previas la derrota la sufrió la Junta Directiva de Aitor Elizegi, después de que la Asamblea Ordinaria de Socios Compromisarios echara abajo su presupuesto para el presente ejercicio, cuentas que volverán a examinarse mañana ante el órgano soberano de la entidad bilbaina en cita extraordinaria. El rechazo asambleario en primera instancia supuso un nuevo varapalo para Elizegi, al que ni siquiera le va a servir llevar al enclave el gancho de poder sacar músculo en el matiz deportivo, que, en mayor o menor medida, puede sobrevolar en el Palacio Euskalduna.

El partido ante el Granada ya es agua pasada para el Athletic, al que, sobre todo cuando no se cumplen las expectativas como ocurrió el viernes, le toca pasar página. El calendario se aprieta con cinco compromisos en solo tres semanas y ya este mismo miércoles estrena un mes de diciembre que se presenta complicado para los de Marcelino si quieren enderezar el rumbo a base de triunfos y no enfermar en pleno invierno. El capricho de los clubes poderosos generó el aplazamiento del Real Madrid-Athletic, programado para el pasado 17 de octubre dentro de la novena jornada, debido a la presencia de tres jugadores merengues con sus respectivas selecciones suramericanas en partidos clasificatorios para el Mundial de Catar, con lo que LaLiga lo ha encajado con calzador esta semana, lo que se entiende que no es un buen momento para los intereses del equipo rojiblanco, que, para más inri, se presentará en el Santiago Bernabéu sin el concurso de Iñigo Martínez, su gran referencia defensiva y que vio la roja directa en los instantes finales del choque ante el cuadro nazarí en una acción que, como se sabe, arriesgó para evitar lo que podría haber sido el tanto de la victoria andaluza.

El clásico no se la ha dado nada bien en los últimos tiempos al Athletic en sus visitas al coliseo blanco, donde no vence desde la campaña 2004-05, entonces con un brillante triunfo por 0-2 gracias a los tantos de Andoni Iraola, hoy técnico del Rayo Valllecano, y Asier del Horno, aunque también es cierto que los leones sí han sido capaces de superar al Madrid con Marcelino en el banquillo, en la histórica semifinal de la pasada edición de la Supercopa. La cita es harto complicada para el Athletic, que se pondrá al día en la tabla para comparecer de nuevo cinco días después en tierras madrileñas, en este caso en el Coliseum Alfonso Pérez, para medirse a un Getafe mejorado con la llegada de Quique Sánchez Flores, pero que ocupa la penúltima posición que sigue delatando su delicada situación.

El Athletic confía en sacar puntos en estos dos desplazamientos cercanos antes de afrontar la última tacada del año con la disputa de tres partidos consecutivos en San Mamés, una nueva dádiva del ingobernable calendario. Las visitas a Bilbao del Sevilla, uno de dos aspirantes a la zona alta que comparecerá en La Catedral 72 horas después de cerrar la fase de grupos de la Champions y conocedor por tanto de su futuro europeo; y del Betis, en estado de gracia y con su billete a los dieciseisavos de la Europa League asegurado; ofrecerán una alta exigencia al conjunto rojiblanco, que solo ha sumado un punto en sus dos últimos choques en casa. El cierre lo protagonizará, el día 22, el nuevo clásico ante el Real Madrid, correspondiente ya a la segunda vuelta y adelantado a causa de la próxima Supercopa que jugarán los dos equipos en enero en Arabia Saudí.