Marcelino García Toral dejó el sábado en la sala de prensa de Mestalla un titular que retrata el que es el déficit más llamativo del Athletic, al margen de su limitada capacidad de creación. El conjunto rojiblanco no se caracteriza precisamente por poseer una pegada que marque diferencias y el propio técnico puso el acento en ese matiz tras el empate firmado por los suyos frente al Valencia: “Me gustaría que los de arriba metieran más goles”. Lo dijo después de que Iñigo Martínez fuera el único león capaz de batir a Cillessen, con lo que su cuenta particular se eleva a dos tantos, los mismos que ha materializado Iñaki Williams. Entre los dos suman cuatro de los seis que ha ejecutado el Athletic en las siete jornadas recorridas, otro más lleva la firma de Dani Vivian, la pareja de Iñigo en el eje defensivo; y el que resta lo hizo en propia puerta el rayista Pathé Ciss. De ahí la queja del asturiano, aunque, para no hacer más sangre, pidió un margen de confianza hacia sus delanteros, que tienen la pólvora mojada a excepción del mayor de los Williams, que en Mestalla, además de igualar el récord de partidos seguidos en la liga propiedad del exrealista Juanan Larrañaga, disfrutó de la última ocasión con un remate de cabeza que el meta ché sacó con una buen mano para evitar la posible victoria bilbaina.

El asturiano no dio nombres, pero no resulta necesario. Están en boca de todos. Alex Berenguer, pichichi rojiblanco de la pasada liga; Raúl García, máximo goleador dos campañas atrás; Iker Muniain, que suele promediar una media de cinco tantos por curso; Asier Villalibre, la alternativa pero que no encuentra recompensa a su trabajo; y Oihan Sancet, que permanece en el dique seco tras caer lesionado en Vigo después de ejercer como titular en las tres primeras jornadas; están reñidos con el gol, cada uno con sus respectivas peculiares, y parece que son otros desde la fatídica final de Copa frente a la Real Sociedad, el pasado 3 de abril en La Cartuja. Aquel fiasco marcó un antes y un después. El Athletic cayó en desgracia y sus males tuvieron un impacto en las principales referencias ofensivas. El dato es demoledor. El conjunto rojiblanco solo ha visto puerta en 14 ocasiones en los 18 encuentros oficiales -una media de 0,8 goles por partido- disputados desde aquella primera final de Copa en Sevilla, una pobre pegada que ha lastrado a los leones en ciertos duelos, como ya ocurriera en el Wanda Metropolitano, con las dos ocasiones clarísimas marradas por Williams y Villalibre, como referente más ilustrativo. No en vano, el Athletic se tuvo que conformar con el empate sin goles pese a su buenas prestaciones.

El bofetón que propinó la Real al Athletic en La Cartuja fue más allá de la derrota. Dejó tocado al colectivo rojiblanco, que entró en barrena hasta el cierre del curso y, de paso, atascó a sus delanteros. En estos 18 partidos mencionados, siete de esta campaña, Berenguer solo ha visto puerta en una ocasión, lo mismo que Raúl García, Villalibre y Sancet, en tanto que Muniain, ausente las últimas ocho jornadas de la liga anterior por culpa de una lesión muscular, no mojó y su último tanto se remonta al pasado 10 de marzo, cuando marcó en el Wanda aunque no le sirviera a su equipo para sumar. Lo cierto es que el equipo de Marcelino añora la inspiración de sus futbolistas más ofensivos, una vez que Berenguer, que sorprendió en su primer ejercicio como león, encadena 13 partidos sin anotar; la sequía de Villalibre, que eso sí no es un titular fijo; se va hasta los 14 encuentros consecutivos; que se quedan en once en los casos de Muniain y Raúl García, en tanto que Sancet, reconvertido como segundo delantero, tampoco ha goleado en sus seis comparecencias más cercanas.

Así las cosas no resulta extraño que a Marcelino le gustaría que sus atacantes presumieran de una tarjeta goleadora más abundante, aunque el de Villaviciosa también debe hacer autocrítica, porque al fin y al cabo es quien hace las alineaciones y el que decreta una idea de juego. Sea como fuere, Iñaki Williams es el único delantero que ha tenido acierto esta liga de cara a la portería contraria y suma por tanto dos dianas, cuando en la dos temporadas anteriores su saldo anotador se quedó en seis en ambos casos. El derbi ante el Alavés podría cambiar la dinámica.

0,8

La media de goles por partido del Athletic desde la final de Copa frente a la Real Sociedad, en tanto que los leones se han quedado sin ver puerta en siete de los últimos 18 encuentros oficiales.

14

El de Gernika no ha tenido fortuna de cara al gol y lleva catorce partidos sin ver puerta. Su último tanto se remonta al derbi de Anoeta ante la real cuatro días después de perder la final.

13

El pichichi rojiblanco la liga pasada, con una tarjeta de ocho dianas, carece de la inspiración de entonces, lo que se entiende como una mala noticia para el Athletic, necesitado de más pegada.

11

El navarro, que batió hace dos cursos su marca anual con 15 goles, ha perdido impacto, aunque no deja de intentarlo, como en Mestalla, donde un golpeo suyo se le marchó fuera.

11

El capitán destaca más por sus asistencias de gol, cuatro en lo que va liga, que por sus goles, ya que no ve puerta desde el pasado marzo, cuando lo hizo en el Wanda ante el Atlético.

6

El último tanto del Athletic el pasado curso lleva la firma del de Mendillorri, curiosamente ante Osasuna, pero desde entonces el reconvertido como segundo delantero no ha vuelto a marcar.

el entrenamiento de ayer

yeray y sancet, recuperados

Trabajo con el grupo. La primera plantilla del Athletic se ejercitó ayer en las instalaciones de Lezama a su regreso de Valencia y lo hizo con buenas noticias, ya que tanto Yeray Álvarez, inédito en el presente curso, como Oihan Sancet, que se lesionó en el duelo en Vigo ante el Celta y que le ha tenido en el dique seco durante las tres últimas jornadas, entrenaron con el resto de sus compañeros, por lo que podrían estar en condiciones para el partido del viernes ante el Deportivo. Los hombres de Marcelino vuelven hoy a entrenar en Lezama en una sesión que arrancará a las 11.00 horas y que se efectuará a puerta abierta, con un aforo limitado hasta que se complete el mismo.