Se conoce que Marcelino García Toral García es un entrenador muy metódico. No le gusta dar puntadas sin hilo. El asturiano es amigo de analizar el fútbol desde la letra pequeña. Se detiene en los matices muy futbolísticos. Ha insistido en numerosas ocasiones en su deseo como entrenador del Athletic, un club que solo puede fichar a un puñado de futbolistas, en gestionar desde la cercanía. No echa piedras a su tejado. Acumula poco más de cuatro meses al frente de los leones, pero se ha empapado desde el minuto cero de la idiosincracia de la entidad bilbaina. Los que le conocen dicen que no se casa con nadie, prefiere morir con las botas puestas, con sus ideas, por mucho que se interprete como un cierto tufillo popular. Marcelino, en este sentido, es muy sincero, aunque sus palabras no lleguen a convencer a cierta gente. Asumió el reto de dirigir al Athletic a inicios de este año, cuando la Junta Directiva presidida por Aitor Elizegi dio un giro en su política y destituyó a Gaizka Garitano, una herencia de la anterior Junta y renovado por la actual, después de ganar un partido al Elche. 19 jornadas después, la liga ha bajado la persiana y Marcelino tiene el mandato de liderar el nuevo proyecto al frente del primer equipo.

Marcelino sabe que tiene las habas contadas. Ha proporcionado a la dirección deportiva una escueta lista de fichables, Uno de ellos es Jon Moncayola (Gironoain, 13 de mayo de 1998). No es una sorpresa. Incluso, es un secreto a voces. Otra cosa es que el deseo del entrenador se haga realidad. Moncayola, un centrocampista de los denominados box to box, es una referencia en Osasuna e incluso el club navarro quiere echar el resto para blindar a una de sus joyas de la corona. El Athletic conoce de sobra las reglas del juego. Moncayola vale 12 millones de euros. Ni uno más, ni uno menos. Osasuna no va a negociar una rebaja e, incluso, ha puesto todo su arsenal en intentar convencer al jugador para que firme por cinco años más. Moncayola no tiene prisa. Sabe del interés del Athletic hacia su persona, aunque desde Ibaigane no se han movido. La operación parece complicada, pero la fase final del Europeo sub'21 ofrece una tregua. Para el jugador, que coincide en el torneo con el rojiblanco Oihan Sancet, es un escaparate.

Rafa Alkorta, director deportivo del Athletic, tiene el caso en su mesa. Moncayola es uno de sus objetivos, aunque a día de hoy no se ha movido. Según ha podido saber este diario, el Athletic no ha realizado acercamiento alguno con el jugador, pese a que la visita de Osasuna a San Mamés el pasado día 8 sirvió para que se produjera una protocolaria conversación en el palco sobre el centrocampista de 23 años, al que el Athletic, y en concreto desde el equipo de colaboradores de Alkorta, le siguen desde hace más de un año. "Es un futbolista de alto nivel, pero tampoco nos podemos volver locos", dicen en el club, conscientes de que la situación generada por la pandemia del covid-19 y el hecho de no competir en Europa por cuarta temporada consecutiva no permite hacer desembolsos generosos por sus consecuencias a corto plazo.

Moncayola, un jugador en pleno crecimiento, está en el mercado pese a las presiones que le llegan desde Osasuna. No es descabellado que firme un nuevo contrato con la entidad rojilla, aunque desde la Plaza del Castillo reconocen que ha llegado el interés de varios clubes de ligas europeas por conocer la situación del jugador, aunque no confirman que una de ellas pueda proceder del Athletic, que también tiene en su agenda el nombre de Javi Martínez, que ha cerrado su ciclo de nueve años en el Bayern y que no descarta su regreso a Bilbao.