"Tenemos que ser competitivos". Es una máxima que Marcelino García Toral suele proyectar en sus comparecencias pre partido. El martes no fue la excepción. El técnico rojiblanco volvió a insistir en esta necesidad, sobre todo cuando enfrente asoma el líder de Primera División. El entorno athleticzale continúa bajo el influjo de las dos finales de Copa, cada vez más cercanas en el tiempo, pero con anterioridad al 3 de abril, fecha de la final ante la Real Sociedad, el Athletic debe hacer frente a tres encuentros que marcarán su devenir a corto plazo en la liga. El primero de ellos llega esta tarde-noche, en un examen de máxima exigencia para el colectivo rojiblanco, que rinde visita al Atlético de Madrid, el líder, en partido suspendido el pasado 9 de enero a causa de la intensa tormenta Filomena Filomena que azotó y produjo el caos en la capital española. Aquel aplazamiento le vino de perlas a Marcelino para preparar la Supercopa, y no hay más que ver el resultado que dio, y el de hoy, en cambio, se disputa en plena vorágine para los leones, que son conscientes de que el reto ante la tropa de Simeone supone toda una prueba de fuego de cara también a las dos finales del torneo del K.O.

El Athletic se sabe fuerte por las buenas noticias que ha protagonizado los últimos días. Superó el complicado escollo del Levante para acceder a la final del 17 de abril, donde le aguarda el Barça, y 72 horas después tumbó al Granada con la llamada unidad B, denominación que tan poco gusta a los entrenadores, en un ejercicio reivindicativo de gran parte de los futbolistas que cuentan con pocos minutos. Por ello, el duelo en el Wanda Metropolitano, estadio en el que los bilbainos solo conocen las derrota en sus tres presencias anteriores, genera un punto extraordinario de optimismo pese a la dificultad de la misión y una vez que los antecedentes en feudo colchonero no acompañan, ya que el Athletic encadena cinco fiascos consecutivos sin sumar punto alguno. Pero las estadísticas están para romperlas y una victoria en el refugio del líder, el menos goleado de Primera División, se entendería como un golpe de autoridad, además de alimentar las opciones europeas por la vía liguera.

Marcelino reclama el máximo nivel a los suyos para salir airosos del Wanda. O sea, se resume en la necesidad de hacer un partido redondo en todos los matices. Cualquier concesión podría resultar fatal para los intereses del conjunto rojiblanco, consciente de la trascendencia de ponerse por delante en el marcador. No es precisamente esta la mayor virtud de este Athletic que en diez de los 15 partidos que acumula el asturiano en el banquillo ha tenido que navegar a contracorriente. Son varios los peligros que ofrece el Atlético de Simeone y se espera que Marcelino retorne su plan habitual, salvo la ausencia obligada de Iñigo Martínez por sanción. Berchiche vuelve a la lista, lo que es un buen síntoma y todo hace indicar que los Muniain, Williams, Raúl García, Berenguer, De Marcos€ ejercerán, tras gozar el domingo de un respiro reconstituyente, en el once inicial, aunque no se descarta que el entrenador rojiblanco se guarde algún as en la manga. Porque el partido también podría decidirse en la pizarra.