El segundo partido de la Copa se presenta como una estupenda oportunidad para avanzar en el torneo. Dada la distancia teórica que separa en términos de calidad a los contendientes, enfrentarse al Alcoyano supone que el Athletic No cabe emitir un pronóstico más equilibrado y lo único que falta por comprobar es si acierta a plasmar esa condición de favorito indiscutible en El Collao. De no ser así, se habrá consumado un fracaso, uno más de tantos que han salpimentado las rondas previas. Con la mitad de los equipos de la máxima categoría eliminados, sería estúpido negar que tal posibilidad existe, aunque cuesta mucho imaginar a los rojiblancos tropezando justo esta noche, cuando viven un momento álgido: cuatro victorias consecutivas y unos índices de eficacia que no se recordaban.

Para situar la visita al Alcoyano podría afirmarse que el reciente cruce con el Getafe vale como referencia. Sin ánimo de establecer comparaciones, el de hoy también es un adversario que practica un juego donde la faceta física no deja mucho margen a la sutileza. Fútbol de escasa elaboración, prudencia en el posicionamiento defensivo, abuso del balón largo e innegociable predisposición para implicarse en cada disputa. De esto va el librillo de Vicente Parras, técnico que ha desarrollado toda su vida profesional entre Alicante y Valencia. La ronda anterior con el Ibiza sirve asimismo para entender mejor de qué va el reto: el potencial del Alcoyano no es equiparable al del cuadro isleño. Además, en esta ocasión el Athletic. A cambio, deberá amoldarse a las medidas de El Collao, más chiquitas, y a una superficie menos estable de lo habitual.

Los ingredientes no invitan a pensar en un encuentro vistoso, sino en un espectáculo poco apto para espíritus pusilánimes. Desde la óptica del Athletic el objetivo principal consiste en impedir que se le suban a las barbas; o sea, mostrarse igual de intenso y decidido que el Alcoyano, en la confianza de que cumpliendo esta premisa con el paso de los minutos prevalecerá la ley del más fuerte. En síntesis, el gran peligro se llama exceso de confianza, esquivándolo el duelo debería desarrollarse como un mero trámite.

Seguro que Marcelino García así se lo hace ver a los suyos y es que no tendría ninguna gracia emborronar la trayectoria frente al rival más flojo que se va a encontrar de aquí a fin de temporada.

rotación

La alineación será anunciada una hora antes del comienzo. El miércoles Marcelino se limitó a recordar que, como en la eliminatoria previa, introducirá un puñado de cambios. Ezkieta tiene plaza en el once, lo mismo que Núñez y Yeray, puesto que Iñigo se recupera con el Camp Nou en el horizonte. Lekue es fijo, lo que no se sabe es si en la derecha o en la izquierda, dependerá de las sensaciones de Yuri, aquejado de vértigos y que no podrá ser suplido por Balenziaga, que sufrió una lesión muscular el pasado lunes en San Mamés.

Para la línea de cuatro que ocupa la zona ancha salen bastantes candidatos. Por dentro no extrañaría la participación de Vesga, que está entrando en las segundas partes y ya fue titular en Ibiza, al lado de Vencedor. Es la pareja que parte con más boletos, a no ser que el míster estime que Unai López, que reapareció ante el Getafe, puede asumir más minutos y saltar de inicio. Las características descritas del Alcoyano también le abren la puerta a Dani García. En las bandas, Berenguer y Morcillo fueron los escogidos para la ronda anterior. Hasta la fecha, ambos aparecen como los relevos naturales de De Marcos y Muniain en el ránking de Marcelino. Ibai, que ha figurado en todas las convocatorias, permanece inédito, como Córdoba o Vicente. Arriba, será el turno de Villalibre, probablemente formando dúo con Sancet.