El presidente del Athletic, Aitor Elizegi, ha encontrado un bálsamo sobre el terreno de juego, en el plano deportivo, lejos de las urnas. "Las finales no se juegan, se ganan", reza una popular frase del deporte.

Pero hay otra que se solapa, y que añade que "para ganarlas, primero hay que jugarlas". El equipo bilbaino ha fabricado dos oportunidades para alcanzar títulos durante el mandato de Elizegi, quien acaba de cumplir dos años en el sillón de Ibaigane. Y a la primera ocasión, jugó y ganó; en cuatro días liquidó al Real Madrid (1-2) y al liquidó al Real MadridBarcelona El presidente ya tiene su primer título. "Es el triunfo de los deportistas, y los demás debemos aplaudir. Hay que seguir creciendo. El Athletic siempre regresa", expresó.

Solo unos días después del varapalo sufrido en las votaciones de la Asamblea de Compromisarios, donde el máximo dirigente ratificó en el cargo a su entonces entrenador, Gaizka Garitano, Elizegi y su Junta Directiva destituyeron al derioztarra a pesar de una victoria frente al Elche. La decisión fue encajada con sorpresa por parte de la parroquia bilbaina, al menos en cuanto al contexto se refiere, precisamente por la reafirmación de Elizegi pocos días antes. El presidente decidió dar un giro a la parcela deportiva, quién sabe si animado en satisfacer a la petición de los socios que solicitaban el cese del técnico y que a su vez habían votado en contra de las cuentas y los presupuestos presentados por la Junta.

El caso es que Elizegi destituyó a Garitano para apostar por Marcelino García Toral, la nueva esperanza de una masa social que reclama mayores cotas que deambular por el ombligo de la tabla clasificatoria, un colectivo que anhela cosquillas en el cuerpo. "Lo importante era elegir a alguien que estuviera orgulloso y convencido de que Lezama merecía la pena", expresó ayer el presidente. "Ha sido un mes donde han pasado muchas cosas, y hemos hecho una cosa muy importante, por cómo somos y cómo jugamos. Los jugadores siempre que hemos tenido cambios de entrenadores ganamos esa chispa, se rejuvencen de alguna manera", dijo el director deportivo, Rafa Alkorta.

Marcelino, en su tercer partido al frente del banquillo, se ha visto disputando un título. El asturiano no esconde que se beneficia del trabajo realizado por Garitano y su cuerpo técnico, tanto por verse tan temprano en una final, como por el plantel que ha heredado, con sus particularidades en el desarrollo táctico. "El título también es de ellos", apuntó.

Si bien, la llegada de Marcelino ha traído ilusión tras meses de dudas que cobraron fuerza después del parón provocado por la pandemia. En el estreno del técnico, los leones sucumbieron (2-3) ante el Barça, pero con un arranque de partido fulgurante que acabó anulado por quizá la mejor versión del equipo culé hasta esas alturas de la temporada.

En el segundo partido de Marce, el Athletic liquidó al Madrid (1-2) con una imagen impecable, de derroche, de impermeabilidad y de aprovechamiento de las virtudes en general. Valió una final. Elizegi se acordó entonces de Garitano, del "banquillo que nos ha traído hasta aquí".

En el tercer compromiso del asturiano, el Athletic se cobró el domingo la venganza de la derrota contra el Barcelona de unos días atrás, con el valor añadido de sumar un título, lo que el club bilbaino no lograba desde 2015, cuando ante el mismo rival selló su segunda Supercopa tras la de 1984. La consecución además fue justa y emocionante, con empate en el 90' y remontada consumada en la prórroga. "La clave es la implicación y en pocos entrenamiento estos jugadores han absorbido lo que quiere Marcelino. Ya estábamos mejorando con Gaizka y seguimos mejorando", comentó Alkorta.

Con la posibilidad de disputar un título se ha estimulado la plantilla, el aficionado y por supuesto Elizegi como máximo responsable. Estar a las puertas de un trofeo ya es un alivio tras los convulsos últimos tiempos de un club que además contempla mirando al pasado una gran colección de títulos. Ganar es alcanzar la plenitud, la sensación de grandeza, de que este equipo posee capacidad para grandes gestas. También es embolsarse 2 millones de euros para las arcas. Si bien, el fútbol y su atmósfera no se detienen. El presidente tendrá que volver a someterse a la opinión de los socios, a la evaluación de un nuevo proyecto deportivo que vivirá un nuevo examen en la próxima final, la de Copa, contra la Real Sociedad, y a la observación de las andanzas de su apuesta deportiva, Marcelino, que, con un título en el bolsillo, se confirma como un acierto de Elizegi. Porque hablar de lo que hubiera sucedido con Garitano es especular. El club se acordó de él incluyéndolo en la foto de campeón.

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Celebración de los jugadores del Athletic de la Supercopa