Los más jóvenes, aquellos que pertenecen a las generaciones que no disfrutaron del Athletic que conquistó por última vez la liga, los que nacieron después de la primavera de 1984, que sufrieron con su equipo en más de tres décadas sin éxitos en forma de títulos, difícilmente son capaces de imaginar una final de su equipo en la que enfrente no asome el Barcelona. Es un denominador casi común en las citas de este estilo, que por fortuna para la entidad bilbaina han sido unas cuantas desde la del torneo del K.O. de 2009 -ocho contando la de mañana y la de Copa ante la Real Sociedad que está pendiente de disputarse-. A excepción del encuentro decisivo de la Europa League que enfrentó en mayo de 2012 al Athletic y al Atlético de Madrid en Bucarest, así como la final de Copa de 1985, también frente a los colchoneros, no ha habido una sola final desde 1983, ya sea de Copa o Supercopa, en la que los rojiblancos no se hayan tenido que ver las caras con el equipo azulgrana. Este asoma hasta en la sopa, dejando un regusto amargo por lo general, con la salvedad del último enfrentamiento entre ambos por un título, el de la Supercopa de 2015.

El clásico de liga va más allá de la propia competición de la regularidad, ya que a lo largo de la centenaria historia de ambos clubes este enfrentamiento con un título en juego se ha repetido hasta en doce ocasiones, que serán trece con la final de Supercopa que acogerá en la noche de mañana el estadio de La Cartuja de Sevilla. Bilbainos y barceloneses se han visto las caras hasta la fecha en nueve finales de Copa y tres de Supercopa.

Hay que remontarse hasta los inicio del siglo XX, al 15 de mayo de 1902 concretamente, para dar con la primera final en la que se vieron las caras ambos equipos. La primera competición de fútbol a nivel estatal, en la que participaron cinco equipos y conocida como la Copa de la Coronación, la conquistó el Athletic tras imponerse por 2-1 al equipo catalán. Juan Astorquia y Armand Cazeaux fueron los goleadores rojiblancos, héroes, a la postre, del primer título que figura en las vitrinas de la entidad.

El Barcelona se tomó su particular revancha en 1920 en un torneo que había modificado su nombre y que se conocía, tal y como sucede en la actualidad, como Copa del Rey. Los azulgrana impusieron su ley y vencieron al Athletic por 2-0 en El Molinón. Ambos clubes se volvieron a ver las caras en 1932, en un torneo que mantenía su formato pero no el nombre -Copa del Presidente de la República-, y en el que los rojiblancos se alzaron con el título tras un apretado 1-0. Diez años después, en 1942, el Barcelona se impuso por un ajustado 4-3 en un encuentro que se decidió en la prórroga. También en 1953 los culés fueron superiores al Athletic (2-1).

Tuvieron que pasar nada más y nada menos que 30 años para que vizcainos y catalanes se volvieran a ver las caras en una final. Fue en la década de los 80, la última en la que el Athletic ganó la liga (1983 y 1984), y en la que el fútbol vasco dominó la primera mitad de dicha década, con dos títulos ligueros de la Real Sociedad previos a los éxitos de los bilbainos. En 1983, en la que fue la segunda edición de la Supercopa, el Athletic no hizo valer su superioridad en liga para imponerse al Barça, ganador de la Copa de esa campaña. Los azulgrana vencieron gracias a un parcial de 3-2 (1-3 en San Mamés y 0-1 en el Camp Nou).

Solo un año después, con el título del torneo del K.O. en juego y miles de aficionados rojiblancos en las gradas del Santiago Bernabéu, el Athletic conquistó, gracias al recordadísimo gol de Endika Guarrotxena, la que hasta la fecha es su última Copa. Ese mismo año, los dirigidos entonces por Javier Clemente ganaron también la liga, por lo que no necesitaron disputar la final de la Supercopa para alzarse con el trofeo, que viajó directamente a las vitrinas del club.

impotencia ante el mejor barça

Deambuló el Athletic por el desierto durante años, tropezando infinidad de veces por el camino hacia la ansiada final de Copa mientras veía cómo cada vez resultaba más complicado -un proceso que sigue su curso- pelear por un título liguero. En 2009, con Joaquín Caparrós al mando y tras remontar en semifinales al Sevilla, el que fácilmente podría ser considerado como el mejor Barcelona de la historia -el de Xavi, Iniesta, Puyol, Messi, Eto'o y compañía- no dio la más mínima opción al Athletic, que se plantó en una final de Copa tras 34 años de ausencia. Pese al gol inicial de Gaizka Toquero, los pupilos de Pep Guardiola ofrecieron una nueva exhibición futbolística para superar a los leones. En la Supercopa de ese mismo año, que supuso el estreno como goleador de Óscar de Marcos en el partido de ida (1-2), los azulgrana tampoco dejaron lugar para la sorpresa en la vuelta (3-0), dejando el parcial en un contundente 5-1.

En 2012, en la recordadísima temporada en la que el Athletic alcanzó las finales de la Europa League y la Copa, los rojiblancos fueron un títere en manos de su rival, que le regaló a Guardiola un grato recuerdo en su adiós a can Barça con la conquista de un nuevo título, en este caso el torneo del K.O.. El choque, que llegó con 3-0 al descanso, el mismo marcador que reflejó al término de los 90 minutos, fue un suplicio para los futbolistas del Athletic, que nunca dieron la sensación de poder competir de tú a tú.

Algo más de emoción hubo, aunque el listón no estaba demasiado alto, en la final que ambos equipos disputaron en 2015 con el Camp Nou como escenario. El conjunto azulgrana, camino de su segundo triplete, esta vez con Luis Enrique en el banquillo y el tridente ofensivo formado por Messi, Neymar y Luis Suárez, venció al Athletic por 3-1.

No hubo que esperar demasiado para que los bilbainos se tomaran la revancha. En agosto, con el equipo casi más pendiente de superar las rondas previas de la Europa League, el Athletic, en una noche mágica, le sacó los colores al Barça en San Mamés (4-0) gracias a un golazo desde el centro del campo de Mikel San José y un hat-trick de Aritz Aduriz que dejó la eliminatoria sentenciadahat-trick. En la vuelta, en el Camp Nou, los rojiblancos aguantaron el ímpetu inicial de su rival y el choque acabó en empate a uno, lo que permitió a los leones volver a alzar un título 31 años después.

Ese es el último que figura en las vitrinas del Athletic, en cuya plantilla aún siguen Óscar de Marcos, Mikel Balenziaga, Iker Muniain, Iago Herrerín, Iñaki Williams, Ibai Gómez e Iñigo Lekue. Siete futbolistas que esperan repetir mañana la gesta de hace casi seis años y, por qué no, alzar también la Copa.