El fútbol ofrece retos de altura. Es parte de su atractivo. Y el Athletic y el propio Gaizka Garitano tienen ante sí uno de máxima exigencia. De esos que motivan de manera especial. Un encuentro frente al Real Madrid se ha entendido en el Botxo como un clásico en toda regla, pese a que en esta ocasión se dispute sin público, a las diez de la noche de un martes preinvernal y en un estadio secundario como es el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas, o sea a un puñado de kilómetros del Santiago Bernabéu. El escenario y el momento restan un ápice de magia.

El Madrid de Zinedine Zidane disfruta de días de felicidad después de haberse especulado con la destitución del francés, que ha dado la vuelta a la tortilla con tres triunfos consecutivos, entre ellos el firmado ante el Borussia Mönchengladbach que le dio el billete a los octavos de la Champions como líder de su grupo y el del pasado sábado frente al Atlético de Madrid, que encabezaba la categoría. El Athletic, en cambio, transita por un camino más pedregoso. Solo ha sumado dos de los últimos nueve puntos posibles, su entrenador está cuestionado por gran parte de la masa social desde tiempo atrás, sobrevive a base de superar continuos match-balls y del aval del presidente entre la división existente en su Junta Directiva, y el juego del equipo es una caja de sorpresas. Un cóctel que no incita precisamente a apostar el dinero de uno a favor de los leones, salvo, claro está, el entrenador y los mismo futbolistas. "Podemos ganar, tengo confianza", proclamó el lunes el entrenador vizcaino.

Garitano, además, tiene una espinita clavada. El Madrid es el peor equipo que se la de como entrenador, ya que nunca le ha ganado en sus seis enfrentamientos previos, con el empate de la liga pasada como único éxito. El resto de cinco duelos se saldaron con derrota. El Athletic también quiere acabar con su particular racha negativa, ya que no ha superado al Madrid en sus diez enfrentamientos precedentes y su última victoria se remonta a la liga 2014-15, gracias al bello gol de cabeza de Aritz Aduriz. Aquello es historia y el presente se detecta esta noche que requiere una versión brillante si quiere sacar algo positivo de la ciudad deportiva merengue. Para Garitano supondría todo un zarpazo anímico y, de paso, desactivaría un hipotético nuevo ultimátum en el choque del viernes ante el Huesca en San Mamés. El derioztarra tiene fe en ello: "Enfrentarnos a un equipo tan bueno y que está en tan buen momento también puede ser una motivación para nosotros". Garitano apostó el año por jugar en el Bernabéu con tres centrales y le salió bien. Quizá repita en Valdebebas: "Es una posibilidad que tenemos. El otro día Yeray (en el partido en Valencia) tenía un golpe y decidimos reforzar la línea de tres, no sin dejar de tener llegada. Seguimos manteniendo tres jugadores arriba y dos carriles más largos de lo que estaban antes. Fueron los últimos cinco minutos y lo podemos volver a repetir como hacen otros equipos y como hemos hecho nosotros en muchas ocasiones también".

En caso de que así fuera, Garitano recurriría a Unai Nuñez, que jugó los últimos minutos en Mestalla, para blindar el eje defensivo junto a Yeray e Iñigo Martínez, mientras que podría dar descanso a Ander Capa. El propio técnico desveló que probablemente introduzca novedades en el once respecto al que compareció el pasado sábado, ya que en su mente está dejar algunos de sus fijos para sumar a lo largo del encuentro en función de cómo se desarrolle el mismo. El doble pivote podría estar en manos de nuevo de Dani García y Mikel Vesga, con posibilidades de que se decante por Unai López en detrimento del gasteiztarra, en tanto que arriba Morcillo tendría opciones de volver a ser titular, lo mismo que Raúl García, cuya motivación se multiplica cuando se mide al Madrid. Iker Muniain y Asier Villalibre se jugarían un puesto, siempre que Iñaki Williams, que no atraviesa precisamente por su mejor momento, no sea de la partida inicial.

El reto es complicado, pero el Athletic no se arruga a tenor de las palabras de su entrenador, que considera al Real Madrid "un equipazo". "Somos el equipo que menos ocasiones recibe, menos que el Atlético de Madrid, y que menos disparos concede. El número de goles no corresponde con el rendimiento ofensivo de los rivales... Hay intentar que ellos no tengan el mejor día y acertar arriba. Somos capaces de hacerlo, somos un buen equipo y queremos demostrarlo mañana ante un rival que está en forma", añadió el de Derio, que vuelve adejar fuera de la convocatoria por motivos técnicos a Iñigo Vicente e Ibai. Todo para intentar dañar al conjunto de Zidane, que no podrá contar con Casemiro, baja por sanción, además de los lesionados Martin Odegaard, Eden Hazard, Luka Jovic y Mariano Díaz, en tanto que el francés también rotará y podría dar entrada a Fede Valverde y Marco Asensio.