L partido de esta tarde ante el Athletic no es uno más para el Valladolid, ni para Sergio González (Barcelona, 10-XI-1976). El entrenador catalán, contra las cuerdas, asoma en el alambre tras firmar los peores números en la historia del club en un arranque liguero. Los tres puntos sumados en los ocho primeros encuentros del campeonato gracias a los empates cosechados contra la Real Sociedad (1-1), Celta (1-1) y Huesca, los dos primeros como local, sitúan al preparador barcelonés en una situación límite y en manos de Ronaldo Nazario en caso de no sumar hoy los tres puntos a costa de los pupilos de Gaizka Garitano.

La complejidad del escenario, con la destitución del técnico sobrevolando el Nuevo José Zorrilla, impulsó el viernes al exdelantero internacional brasileño y actual presidente del Valladolid a visitar a una plantilla y un cuerpo técnico con la soga al cuello. La visita, valorada positivamente por los futbolistas debido a la trascendencia personal y mediática de Ronaldo, también fue agradecida públicamente por el propio Sergio González, quien destacó en rueda de prensa que “es un privilegio contar con el presidente en el entrenamiento”. “El mensaje, arropando en persona, es más contundente y que esté con nosotros, se agradece”, agregó el técnico, consciente aun así de que una derrota ante el Athletic le dejaría hoy con pie y medio fuera de un equipo al que ascendió a Primera División en junio de 2018.

Lo hizo, después de coger las riendas del cuadro blanquivioleta dos meses antes del término del ejercicio 2017-18, para devolver a la élite a un Valladolid que ha conseguido en las dos últimas campañas sellar el objetivo de la permanencia al abrigo de un férreo estilo de juego por el que sigue apostando Sergio González, pero que ha dejado de dar sus frutos en el comienzo de la presente temporada. Tanto es así que el excapitán y extécnico del Espanyol ha dado forma a unos números que emborronan su notable trabajo en la entidad. Figura, no en vano, con el porcentaje de victorias más bajo junto con Fernando Redondo en caso de meter en el saco solo a los diez entrenadores que más partidos de liga han dirigido en la historia al Valladolid, un selecto grupo en el que se halla Sergio, con un 22% de triunfos como técnico pucelano tras acumular hasta la fecha 19 victorias en 84 encuentros.

La última derrota, sufrida el pasado lunes en la visita al Villarreal (2-0), no ha hecho sino acrecentar las dudas del entorno en la capacidad del técnico para dar la vuelta a una situación inesperada antes del comienzo del curso. Las expectativas, sin ir más lejos, eran bien distintas durante una corta y singular pretemporada en la que el Valladolid amenazaba con dar un paso al frente en la categoría tras mantener la base de años anteriores y fichar gol. La principal carencia del equipo, la falta de pegada, pareció resolverse con la vuelta tras cesión del delantero brasileño Marcos André y la sonada contratación del ariete Shon Weissman. El israelí, coleccionista de goles la pasada campaña en la liga austriaca hasta el punto de erigirse en el máximo artillero del torneo con 30 dianas en 31 partidos, se convirtió en agosto en el fichaje más caro del club vallisoletano, que desembolsó cerca de cuatro millones de euros por sus servicios.

Sergio, sin embargo, no ha tenido noticias aún del instinto depredador de Weissman en una liga en la que el entrenador catalán apunta a quemar esta tarde su último cartucho, pues todo lo que no sea ganar podría costarle el cargo y convertirle en el primer técnico destituido en el presente ejercicio.

apoyo de garitano

En el banquillo visitante del Nuevo José Zorrilla figurará hoy Gaizka Garitano, cuya figura también ha estado sumamente discutida en la recta inicial del curso. Cuestionado ayer por la delicada situación de Sergio, el derioztarra tiró de empatía y recordó que “cuando no ganas, el primero en estar en entredicho siempre es el entrenador”. “Zidane lo ha estado y Koeman también, porque estar cuestionados nos pasa a todos los entrenadores de Primera División al ser algo que va con el cargo, pero a Sergio en Valladolid habría que hacerle un monumento, ya que ascendió al equipo y está haciendo unas temporadas increíbles en Primera”, remarcó el técnico rojiblanco, que podría convertirse en el verdugo del catalán.