Iñigo Pérez (Iruñea, 18-I-1988) será titular esta tarde en el derbi que medirá a Osasuna y Athletic en El Sadar. Polivalente dentro del terreno de juego, el navarro está sumamente responsabilizado en el día a día con la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, hasta el punto de realizar con mascarilla ejercicios de baja intensidad en los entrenamientos. Su imagen corriendo con protección en Tajonar, al igual que ha hecho recientemente su compañero Rubén García, se viralizó semanas atrás para poner de manifiesto el sentido de la responsabilidad de un futbolista con sello propio.Querido y respetado a partes iguales por compañeros, técnicos y aficionados, el iruindarra siempre ha dejado claro que el fútbol queda en un segundo plano ante situaciones tan delicadas como la que vive en la actualidad la totalidad de la población. “Nada de lo que pase en el fútbol puede tener tanta magnitud como para llamarlo sufrimiento, drama o calvario”, advirtió no en vano en una entrevista concedida en octubre de 2019, pocos meses antes de que el coronavirus pusiera patas arriba el mundo. La realidad deportiva, así las cosas, tiene un peso determinado en las circunstancias actuales para Iñigo Pérez, quien asomará esta tarde como uno de los once elegidos por Jagoba Arrasate para dejar su huella en un encuentro que, eso sí, tendrá un aroma especial para él.

Además de tratarse del día del centenario de Osasuna, conocida es su condición de exjugador del Athletic tras ingresar en Lezama en 2002 como cadete y alcanzar el primer equipo en 2009 de la mano de Joaquín Caparrós. En total fueron cinco temporadas, 58 partidos oficiales y dos goles los que sumó como león hasta su salida del club en 2014 rumbo al Numancia tras militar previamente a préstamo en Huesca (2010-11) y Mallorca (2013-14). Su cesión al cuadro bermellón fue un visto y no visto para el gran público, pero no para Iñigo Pérez, a quien el Athletic tuvo a bien traer de vuelta a Bilbao antes del término del ejercicio por el fuerte cuadro de estrés padecido entonces por un futbolista que vivió bajo las órdenes de Marcelo Bielsa un punto de inflexión “deportivo y personal” en su carrera y que años después, lejos de los focos mediáticos, completó su proceso de madurez en Soria para fichar por Osasuna en julio de 2018.

Fue entonces cuando el club rojillo se lanzó a por sus servicios abonando los 750.000 euros que marcaban su cláusula de rescisión. El futuro del navarro permaneció ligado así al de Arrasate, quien se había convertido semanas atrás en nuevo entrenador de Osasuna, donde Iñigo Pérez cumple su tercera temporada con un marcado peso específico en el vestuario. Apreciado al máximo por sus compañeros, al igual que por un cuerpo técnico que siempre le ha tenido en cuenta cuando ha estado disponible para saltar al verde, el iruindarra disfruta en la actualidad del fútbol.

Lo hace tras volver a jugar en Primera División el pasado curso siete años después de su última experiencia y con la satisfacción de haber dejado atrás una serie de problemas físicos que se vieron acrecentados por una lesión que le dejó fuera de combate durante siete meses en su segundo año como rojillo. Una vez recuperado el tono físico, el inicio del curso 2020-21 ha servido a Iñigo Pérez para volver a desempeñar un papel importante en Osasuna, pues ha sido titular en cuatro de los cinco partidos de liga afrontados por el conjunto rojillo hasta la fecha. Los dos primeros encuentros los disputó como extremo izquierdo, mientras que en los dos últimos ha actuado como lateral por la misma banda, la cual abandonará hoy para formar doble pivote con Oier Sanjurjo en un derbi con un significado especial para el polivalente y comprometido futbolista iruindarra.

Convertido en uno de los comodines de Arrasate, abandonará la banda izquierda para formar doble pivote con Oier Sanjurjo

Iñigo Pérez se reencuentra con el Athletic, donde sumó cinco temporadas como león tras ingresar en Lezama en categoría cadete