El Betis llega a San Mamés con un presente que está por debajo de las expectativas. Llegó al parón provocado por el coronavirus con una estimulante victoria sobre el Real Madrid (2-1), un trago de confianza que se ha evaporado con el retorno de la competición, donde ha sumado una derrota en el derbi contra el Sevilla (2-0) y un empate frente al Granada (2-2). Si antes de detenerse la competición, el técnico Joan Francesc Ferrer, Rubi, ya había sido cuestionado, ahora lo está aún más. Por eso la visita a Bilbao se antoja crucial. “El equipo necesita victorias sin pensar en nada mas”, declaró ayer el entrenador bético, que hace oídos sordos a las posibilidades de una destitución. “No es algo nuevo”, apunta, antes de añadir que le resulta “inocuo”.Rubi se proyectó optimista con respecto a esta nueva oportunidad de enderezar el rumbo de una temporada que identificó como “irregular”. No obstante, acude a un terreno de juego en el que el Betis acumula seis derrotas consecutivas, cinco de liga y una de Copa. “Pienso que algún día hay que ganar en San Mamés”, declaró el preparador bético, que asegura viajar “con la idea de que va a ser en esta ocasión”. También admitió que para alcanzar esta empresa su equipo deberá mostrar tino de cara a portería ajena. “Ha faltado pegada fuera de casa”, subrayó, arrojando la cifra de los once goles en los catorce partidos en los que el Betis ha ejercido la condición de visitante. “Es un balance pobre”, evaluó.

En cualquier caso, en su mente solo hay cabida para el pensamiento de que sus pupilos alcanzarán el triunfo. Y es que Rubi dice vivir exclusivamente “centrado en el trabajo diario para ganar” al Athletic, un logro del que está “convencido” después de haber “hablado con los futbolistas de manera individualizada” a fin de que mejoren su rendimiento “después de mucho tiempo sin competir”. Persiguió una conjura de vestuario que cambie la inercia. Por su parte, aseguró que “daría todo” para “que el equipo acabe LaLiga como un tiro, que sume el mayor número de puntos posible”. “Menos la salud, daría cualquier cosa”, concretó el barcelonés.

Rubi también apeló a las características de algunos de sus jugadores, a los que, dijo, les “cuesta más que a otros coger la forma”, y esta circunstancia, indicó, está agudizada por los “pocos entrenamientos colectivos” que ha podido realizar su plantilla. A fin de alcanzar ese óptimo estado de forma que persigue, se mostró “encantado de competir cada cuatro días”.

De todos modos, el técnico verdiblanco desechó la idea de “que el equipo esté tan mal”, ya que considera que “dos de las tres últimas referencias han sido buenas, lo que pasa que cuesta muchísimo ganar”, pese a que “todo el mundo dentro del club está empujando para que el equipo gane partidos”. “No estamos contentos con cómo ha ido la temporada, pero de las últimas referencias hemos tenido dos buenas. Es imposible que perdamos la categoría, lo tengo clarísimo. Tenemos nueve puntos de ventaja. Ganar estando abajo es muy complicado y el Betis va a ganar partidos. No estoy preocupado”, concluyó.