Aritz Aduriz (Donostia, 11-II-1981), historia viva del Athletic, podrá cerrar su carrera como futbolista profesional con una anhelada final de Copa. Ayer, a la llegada a Granada, el delantero protagonizó la imagen de la mañana al sujetar el teléfono móvil de un veterano aficionado para dar forma a un emotivo selfie que no hizo sino poner de manifiesto la trascendencia de su figura, la del único jugador de la actual plantilla bilbaina que había nacido cuando el Athletic ganó su última Copa en 1984. Tres años tenía entonces el guipuzcoano, convertido ahora en el abuelo de un vestuario decidido a darle "un paseo en la gabarra por la ría", tal como advirtió Iñaki Williams el pasado 6 de febrero tras dejar en la cuneta al Barcelona en los cuartos de final del torneo del K.O.

El primer paso para ello, disputar la final, lo dieron anoche los rojiblancos en el Nuevo Los Cármenes, infierno al que sobrevivieron los pupilos de Gaizka Garitano para permitir que la última voluntad del 20 del Athletic continúe viva a la espera de poder superar a la Real Sociedad en una histórica final con el derbi vasco por excelencia como incomparable marco. Con cinco dianas en los quince partidos que ha jugado como león ante el cuadro txuri-urdin, Aduriz puede presumir de ser el máximo realizador en activo de un derbi en el que Williams, con cuatro tantos, tratará de darle caza el próximo 18 de abril en beneficio del propio donostiarra, quien encarará la gran final de Copa como sexto máximo goleador en la historia del Athletic con 172 zarpazos, solo siete menos que Iraragorri, quinto en tan destacado ranking en el que brilla con luz propia el donostiarra.

SEGUNDA FINAL COMO LEÓN Clave con cuatro goles en la consecución de la Supercopa ante el Barcelona en agosto de 2015, la final copera que albergará La Cartuja será la segunda para Aduriz como rojiblanco, pues ya tuvo la oportunidad de disputar la que se celebró el 30 de mayo de 2015 en el Camp Nou, con el Barça también como rival. Los blaugranas, entonces, apartaron del sueño al delantero donostiarra al imponerse 3-1 y aplazar así, sin fecha establecida para una hipotética revancha, el incomparable objetivo de ganar un título liguero, continental o copero con el Athletic, algo que, en el epílogo de su carrera, en el último suspiro y ya sobre la bocina, tendrá la oportunidad de conseguir un indomable Aduriz, que busca la despedida más dulce antes de colgar las botas al término de la temporada.