Bilbao - Un milagro, de esos que en contadas ocasiones regala el fútbol, salvó el miércoles al Athletic en el Martínez Valero, donde los rojiblancos, pese a no evitar el sonrojo ante un equipo de Segunda División, sortearon por puro azar la eliminación a manos de un Elche que alcanzó sin excesivos apuros la lotería de los penaltis. Fue entonces, en una tanda que se recordará en Bilbao por las dos penas máximas en contra que levantaron los leones cuando todo parecía perdido, cuando el destino concedió a los bilbainos una inesperada bala extra en una Copa que a punto estuvo de pasar a mejor vida para los pupilos de Gaizka Garitano en los dieciseisavos de final.

El análisis de lo ocurrido, una vez asimilada la agónica clasificación para unos octavos que se sortean hoy, no puede realizarse sin poner el foco en el bajo rendimiento que ofreció un colectivo incapaz de hacer valer la diferencia de categoría existente entre Athletic y Elche, cuyos hombres menos habituales lograron mantener a raya e incluso superar durante buena parte de la primera mitad a los jugadores escogidos por Garitano para dar continuidad al buen trabajo realizado en los dos compromisos coperos previos frente a Intercity y Sestao River. Después de que solo dos titulares fijos (Iñigo Martínez y Raúl García), además de Iago Herrerín, formaran de salida en el estreno en la competición y de que el número de habituales se elevara hasta siete en Las Llanas, el técnico de Derio apostó en el regreso al Martínez Valero por dar vuelo a solo cuatro titulares indiscutibles en liga (Capa, Iñigo Martínez, Raúl García y Williams), dejando de entrada en el banquillo a futbolistas como Yeray, Yuri, Dani García, Muniain o Unai López, fuera del once inicial pese a que se perderá la visita liguera de mañana al Espanyol por acumulación de tarjetas.

En lugar de ellos comparecieron sobre el verde, con la misión de mantener el nivel ofrecido por el equipo en el último mes de competición, jugadores llamados a intentar reivindicarse como Núñez, Balenziaga, Vesga, Beñat, Lekue y Córdoba, quien volvió a salir seriamente magullado de la cita. Si bien ninguno de los seis completó un notable partido, las peores noticias volvieron a caer sobre los hombros del extremo bilbaino, sustituido tras el descanso por Muniain después de sucesivas ausencias en las convocatorias y convertido ya, en su tercera campaña como león, en el séptimo jugador más veces reemplazado tras el paso por vestuarios en la historia del club igualado con San José y Gurpegi, según informó ayer Adurizpedia en Twitter.

Tampoco Balenziaga, por su parte, guardará buen recuerdo de la noche del miércoles en el Martínez Valero. El lateral, sin peso alguno en labores ofensivas, fue sustituido por Berchiche en el minuto 77 tras quedar retratado en el gol ilicitano al ceder en el uno contra uno con Josan, quien se deshizo sin problemas de su marca para conectar un centro que cabeceó Fidel en boca de gol para igualar el tanto de Williams. Ni Iñigo Martínez, ni Unai Núñez, de vuelta al once tras cerrar con un gol en propia puerta su solvente partido en el Ramón Sánchez Pizjuán el pasado día 3, sellaron su zona.

EL CENTRO DEL CAMPO

Ante la ausencia de Dani García, tampoco mandaron en la medular Vesga y Beñat, quienes en su segunda alianza del curso después de compartir zona ancha contra el Intercity, fracasaron en el intento de adueñarse del choque ante el cuadro ilicitano.

Con un Athletic sobrepasado desde el minuto 15, el tímido paso al frente que dio el equipo tras el descanso no terminó de convencer a Garitano, quien reemplazó a Beñat por Unai López en el minuto 65. Mejoraron los rojiblancos con la entrada del guipuzcoano, con un animado, pero no demasiado acertado Lekue como interior zurdo desde la aparición de Muniain y hasta su salida del campo en el minuto 105. Ingresó entonces Asier Villalibre, quien materializó su penalti en la tanda, pero desaprovechó un mano a mano con el guardameta San Román que hubiera evitado el sofoco posterior. Garitano, desde la banda, celebró con suma agonía la clasificación, pero quedó de manifiesto, tras no agotar los tres cambios en las cuatro últimas jornadas de liga, el discutible fondo de armario del que dispone para encarar la segunda mitad del curso.