En medio de la tensión debido a una nueva incapacidad goleadora y futbolística del Athletic, que da para una profunda reflexión, hubo tiempo para hacer un rápido repaso a las últimas tandas de penalti en las que el Athletic se jugó pasar de ronda. Como los recuerdos positivos se comen a los negativos, las cabezas de muchos se retrotrajeron al año 2008, concretamente a la noche del 16 de enero, en la que el conjunto rojiblanco apeó al Espanyol en los octavos de final de Copa. Nadie de la actual plantilla vivió aquel encuentro sobre el verde del Lluis Companys. Solo Aritz Aduriz formaba parte de la plantilla que dirigía entonces Joaquín Caparrós. Aquella fue, hasta ayer, la última tanda de penaltis en la que el Athletic salió victorioso, ya que en la más reciente, en la de los cuartos de final de la Europa League ante el Sevilla, la suerte le fue esquiva.

De aquella, sí, son varios los que aún continúan en el equipo. Entre ellos, Iago Herrerín, que anoche se vistió de héroe y se tomó su particular revancha. Una dulce, muy dulce venganza, ya que en el Sánchez Pizjuán fue incapaz de parar ni uno solo de los cinco lanzamientos del conjunto hispalense y ayer detuvo el quinto del Elche, el que hubiese mandado al equipo ilicitano directamente al sorteo de mañana.

Fue un penalti polémico, ya que el bilbaino se adelantó unos pasos, lo que le ayudó a parar el lanzamiento, pero ni el árbitro ni el juez de línea consideraron que se tuviese que repetir. Así se llegó a la muerte súbita, en la que el Athletic acertó por medio de Yuri, primero, y Vesga, después, y certificó su pase a octavos tras el error de Tekio, que chutó fuera.

Indudablemente, la ausencia del VAR le favoreció al conjunto rojiblanco y más concretamente a Herrerín, aunque habría que revisar si Miguel San Román, guardameta del Elche, se adelantó en los penaltis que atajó a Raúl García y Unai López. Sea como fuere, la realidad es que el Athletic se clasificó para la siguiente ronda y que se mantiene con vida en un torneo que volvió a dejar un puñado de sorpresas en los dieciseisavos de final.

Un choque que, además, sirvió para revitalizar la golpeada moral de un Iago Herrerín que mostró su hartazgo por los muchos insultos que recibe en las redes sociales, la mayoría de ellos provenientes de aficionados rojiblancos. El portero bilbaino, que nunca tiene reparos en mostrar sus opiniones, tomó la palabra en la zona mixta del Martínez Valero para hacer público su malestar: "Ha sido un año muy duro, con muchos insultos, muchas críticas, he llegado a casa llorando muchas veces y no es fácil. Cuando haces bien las cosas te critican, cuando las haces mal te critican y no sabes qué hacer".

No se detuvo ahí Herrerín. "Soy del Athletic desde pequeño y para mí es muy duro ver cada vez que me levanto insultos y críticas hacia mí. Para gustos están los colores en el tema de porteros, pero nadie me puede reprochar nada. Nunca he dicho una mala palabra, pero hay momentos que ya cansan", expuso en tono serio.

Así, aseguró que "tendría que ganar tres Copas para compensar el mal momento de insultos y demás, pero que todo el equipo te abrace y te reconozca y que el míster sea el primero que te reconozca también es importante".

Con respecto al penalti, consideró que "igual" sí se adelantó, pero que "por suerte" no lo vieron. Al margen de esa pena máxima, durante el encuentro evitó con una gran estirada un golazo del Elche. La dulce venganza de Herrerín.