bilbao - A lo largo de las tres últimas décadas no se había visto el Celta en la delicada tesitura que protagoniza a estas alturas de la competición. Ha firmado una primera vuelta horrible e iguala la puntuación del Mallorca, que ocupa una de las plazas de descenso. En su casillero aparecen quince puntos, la mitad de los que posee el Athletic y gracias a que se impuso a los rojiblancos cuando estos visitaron Balaídos en el mes de octubre. Detalle este que no está de más refrescar en los prolegómenos del duelo que les enfrenta a media tarde en San Mamés.

Al igual que en aquella ocasión, hoy la vitola de favorito se le adjudica al Athletic, que aparte de haber demostrado bastantes más cosas que los gallegos, ejerce de anfitrión, lo cual constituye un factor teórico muy desequilibrante a su favor. En casa es donde el grupo de Gaizka Garitano acostumbra a desplegar sus mejores argumentos, una realidad incontestable que le convierte en un auténtico hueso. Una única derrota ante su afición después de un año entero refleja lo a gusto que se siente en su estadio, hasta qué punto agradece su amparo. Pero las estadísticas, como el camino, se van haciendo paso a paso y por sí mismas no sirven para ganar.

Ganar es un reto que conviene materializar hoy a fin de mantener vigentes las opciones clasificatorias. Los tres puntos obtenidos de los últimos doce han supuesto la pérdida de terreno. Las plazas europeas no andan lejos, están a tiro, pero son muchos los candidatos que se están codeando con el Athletic. El Getafe continúa fuerte y tanto Valencia como Villarreal se han metido de lleno en el ajo aprovechando el ya mencionado descenso en la productividad.

sin unai simón Se prevén novedades en la alineación respecto a las citas más recientes de Copa y liga, aunque una vez más adivinarlas sea prácticamente una cuestión de suerte. Garitano esconde celosamente sus planes en la intimidad de Lezama y hay una serie de hombres que podrían entrar después de un tiempo de ausencia. La relación de indispuestos se reduce a Unai Simón, lo que permitirá repetir a Herrerín, que fue el titular en el derbi de Las Llanas, Aduriz y De Marcos, ambos lesionados de larga duración. En el capítulo de posibles altas, citar en primer lugar a Iker Muniain, que también reapareció un rato en la Copa.

La presencia del capitán está asegurada, pero queda por desentrañar si de salida o en el transcurso de la segunda mitad por aquello de que ha estado casi un par de meses ajeno a la competición. Este es un aspecto a valorar por parte de Garitano, que insiste en el peso específico de Muniain en la faceta ofensiva en cada oportunidad que se le presenta. Si juega de inicio, el Athletic recuperaría la fórmula que el técnico probó con la campaña avanzada y que consiste en adelantar a Raúl García a la demarcación de delantero, escorar a Williams a la banda derecha y dejar a Muniain como enlace por la franja central.

Otras incógnitas por despejar se refieren al puesto de extremo izquierdo y a la identidad del acompañante de Dani García en el círculo central, porque se antoja improbable que Garitano se decante por sacar a los tres centrales. En el costado zurdo Ibai ha adelantado a Córdoba, pero no solo en las dos eliminatorias de Copa. Sobre este segundo, no quiso el técnico pronunciarse ayer, aunque llama la atención que haya faltado en cuatro convocatorias seguidas, cinco con la de ayer. Las bazas más a mano en la media se llaman Unai López, otro que ha visto rebajada su participación en las semanas previas, y Beñat, aunque tampoco debería descartarse a Vesga, que por algo asumiría la responsabilidad frente a Madrid y Sevilla. En la lista de dieciocho figura Ezkieta, el portero habitual en el Bilbao Athletic, que toma el relevo de Iru, suplente frente al Sestao.