BILBAO. 1- El Athletic desperdició una gran oportunidad de acostarse como líder de la liga al no encontrar la vía para derrotar a un aseado Mallorca, que también tuvo sus opciones. El partido de anoche se recordará por los dos penaltis fallados y sobre todo por el que marró Aritz Aduriz, que se equivocó en la gestión del lanzamiento en el descuento, un error que no se esperaba de un futbolista de su genética y quizá un pelín afectado por todo lo que rodeó a su regreso a Son Moix, donde fue homenajeado. Por encima de estas acciones puntuales aunque decisivas, emergió un Athletic un tanto ramplón, al que le faltó fútbol y probablemente un punto más de músculo competitivo para llevarse a su huerto un duelo caótico por momentos y que también pudo perder. El punto suma para los leones, segundos en la tabla de forma provisional, pero queda la sensación de que el colectivo rojiblanco debe ofrecer un poquito más en este tipo de compromisos ante rivales aparentemente menores, sobre todo en esos tramos del encuentro en que fueron superiores a un Mallorca que sí apretó en varias fases del segundo periodo.

2- La falta de impacto de algunas referencias

No todos los días toca cenar caviar y al Athletic le tocó ayer alimentarse de puchero, que se explica, entre otros matices, en la falta de impacto de algunas referencias del equipo de Gaizka Garitano, al que no le salió lo que tenía previsto en la pizarra. Iñaki Williams no estuvo acertado ni de nueve ni de extremo, lo que lastró al colectivo, como también la ausencia de la banda izquierda en ataque, sin noticias de Córdoba ni de Berchiche, que solo salió de la cueva para intentar un disparo lejano, si bien intervino con fortuna en la acción del penalti de Baba Rahman. A esas sombras, se unió una creación muy escasa en la parcela ancha y con el riesgo de las amarillas que vieron Dani García y Unai López. Un cóctel que privó al Athletic de su primer éxito lejos de San Mamés.

3- El Athletic sobrevive con su solvencia en defensa

Dice Garitano que el de ayer ha sido hasta la fecha el partido en que más ha sufrido su equipo. Quizá sea así por las ocasiones que le generó el Mallorca, que sorprendió por su descaro en el tramo final del encuentro y en el que obligó al Athletic a sacar su mejor versión para proteger su terreno, faceta en la que sí cumplió, por lo que encadena su cuarta jornada consecutiva sin hincar la rodilla y con el aliciente de haber encajado solo un gol en estos 360 minutos, lo que habla muy bien de su credibilidad defensiva. Y todo ello gracias también a la diosa fortuna que salió al rescate de los leones en un disparo al palo de Salva Sevilla con Unai Simón ya batido y en el lanzamiento defectuoso de Abdón Prats desde los once metros tras el ingenuo penalti cometido por Berchiche, que reconoció su grave error. Yeray e Iñigo Martínez dominaron en su parcela, en tanto que Capa tuvo que lidiar con Lago Junior, duelo del que no salió mal parado.