Bilbao - El paso de los años y las experiencias adquiridas han dado forma a un Iker Muniain más cauto y reflexivo, de lo cual volvió a quedar constancia ayer en la sala de prensa de Lezama, donde el de la Txantrea no dudó ni un ápice a la hora de responder a la pregunta de si firma el empate en el partido de mañana ante el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán. Un punto, no en vano, sería suficiente para que el Athletic finalice la liga en séptima posición y obtenga así el billete para disputar la próxima edición de la Europa League tres eliminatorias previas mediante. “Por supuesto que firmo el empate; más vale pájaro en mano que ciento volando”, explicó el navarro, quien puntualizó acto seguido que “eso no quiere decir que no vayamos a por los tres puntos, que lógicamente es mejor que un empate, pero un punto nos permitiría ser séptimos, aunque vayamos con la mentalidad de ganar a un Sevilla que también peleará por sus intereses”.

En cuanto al factor negativo que puede significar iniciar tan pronto la próxima campaña en caso de tener que disputar tres rondas previas en Europa, Muniain dejó claro que “peor es quedar octavo o noveno y no jugar nada. Las vacaciones, prácticamente, son las mismas y es mejor jugar por competir que partidos de pretemporada que siempre son menos competitivos y con menos emoción que las previas”. “Ahora nos queda solo un partido y prácticamente es una final, por lo que es imposible que no haya presión y nerviosismo en todos los aspectos, pero hemos jugado muchos partidos decisivos en los últimos años y vamos a afrontarlo bien, con máximas garantías. Veo al equipo muy preparado para conseguir el objetivo en Sevilla”, aseguró asimismo Muniain, quien vivirá un reencuentro “especial” con Joaquín Caparrós, el técnico con el que debutó como león con solo 16 años, en un choque en el que prevé “dos equipos organizados y saliendo a la contra con un fútbol vertical y directo”. - A. Aramendia