a Óscar de Marcos le ha ido todo muy rápido. La vida y el fútbol queman etapas. Y el domingo es un partido especial para el de Biasteri y los suyos. Es el lado emotivo de las efemérides. No en vano, el polivalente jugador cumple este 14 de abril los 30 años de edad, una cifra redonda y que genera su punto significativo por el hecho de pasar de década vital, que se acentúa en el caso de un futbolista de élite, al que ya se le empieza a tildar de veterano, un término angustioso porque la entrada en la treintena se asocia a la puesta en marcha de la cuenta atrás hacia la retirada. De Marcos, sin embargo, rechaza invocar a la jubilación y se centra en el día a día, cada vez más gratificante cuando en cuatro meses celebrará sus diez años como jugador del Athletic, un recorrido que no intuía cuando en el verano de 2009 recaló en Lezama procedente del Deportivo Alavés y con la idea inicial de competir en el Bilbao Athletic, con el que solo disputó un partido.

De Marcos, que debutó en partido de Europa League en Berna frente al Young Boys (1-2), se ha ganado su credibilidad a base de trabajo y confianza en sus posibilidades. Sus dos primeras campañas, bajo la dirección de Joaquín Caparrós, fueron un tanto irregulares, aunque fue Marcelo Bielsa el que propició que diera el salto cualitativo que le ha permitido erigirse en un fijo. Lo fue para el argentino, después para Ernesto Valverde, José Ángel Ziganda, Eduardo Berizzo y en la actualidad para Gaizka Garitano, que le ha vuelto a reconvertir como interior derecho, quizá el puesto más acorde a sus características ofensivas, aunque es su polivalencia el aval que le hace importante. No en vano, esta campaña alterna esa posición con la de lateral derecho, especialmente motivado por las dos lesiones que ha sufrido Ander Capa.

El domingo De Marcos, que llegó a jugar más de medio partido con el escroto rasgado en un duelo ante el Zaragoza en el viejo San Mamés, comparecerá en su partido número 382 con el Athletic, una cifra que desvela el protagonismo que ha ido adquiriendo con el paso de los años y, con dos campañas más de contrato, la barrera de los 400 está a su alcance. El alavés se ha caracterizado por su entrega en el césped y por su humildad fuera de él. Son conocidos sus gestos de cercanía con la gente necesitada de ayuda y a los que nunca ha querido dar bombo. Incluso, le incomoda que generen titulares en los medios, como cuando se conoció que visita en el Hospital de Cruces con cierta asiduidad a niños y niñas enfermos de cáncer, además de otras iniciativas solidarias, especialmente en África. De Marcos soplará velas el domingo y durante unos instantes será el protagonista, tanto en su entorno más cercano como en el vestuario, que anhela regalarle los tres puntos del partido ante el Rayo Vallecano, vital para las aspiraciones del Athletic de volver a la Europa League, una competición fetiche para De Marcos, en la que debutó como león y en la ha ofrecido exhibiciones, como la de Old Trafford.