Bilbao - Un empate, una derrota y un triunfo tras coger las riendas de un equipo deprimido que sumaba siete jornadas consecutivas perdiendo. Ese es el bagaje de Paco Jémez (Las Palmas, 1970) desde su regreso a un banquillo del que se separó en 2016 y al que ha vuelto tres años después para intentar salvar de la quema al Rayo Vallecano, que afronta la visita dominical a San Mamés a tres puntos de la permanencia. “Tendremos que hacer un partido perfecto y asumiremos riesgos, porque necesitamos ganar”, advierte a DEIA el técnico canario.

Tras ejercer durante media temporada como comentarista ha vuelto a primera línea. ¿Echaba de menos los banquillos?

-Sí, pero decidí descansar un poco al llevar desde 2006 prácticamente sin parar y la experiencia de estar en los medios de comunicación ha estado bien, porque me obligaba, además, a estar muy pendiente de la actualidad.

¿Por qué decide volver a Vallecas?

-Es un sitio especial para mí y significaba, además, volver a Primera División. Aunque la situación era y es complicada, no me ha dado miedo. Era una oportunidad para volver a sentirme vivo como entrenador y por eso decidí venir y quedarme el año que viene también como técnico del Rayo, pase lo que pase.

En 2016 se fue tras el descenso del Rayo a Segunda. ¿Se siente en cierto modo en deuda con la afición?

-A la afición del Rayo, una vez pasas por aquí, siempre le debes algo, porque se entrega a tope, es distinta y a nada que se trabaje y se vea un esfuerzo la tienes ganada para siempre, por lo que cuesta desligarse de ella. Respecto al 2016, ya dije que, si volviera a estar en aquella situación, seguramente tomaría otra decisión diferente. En aquel entonces nos sentamos para poder arreglarlo, pero por muchas razones al final no me quedé.

Sobre la afición del Rayo, han causado mucho revuelo los graves insultos a Marcelino García Toral por parte de aficionados en Vallecas, hasta el punto de que la plataforma ADRV pide que no se criminalice a toda la hinchada rayista.

-Está claro que por lo que digan uno, dos o tres no se puede criminalizar a una afición. Todos los rayistas estamos en contra de que se digan ese tipo de improperios a nadie, pero también te digo que cuando voy por ahí a mí me dicen cosas brutales también. A mí y a cualquier entrenador. ¿Qué pasa? Que ahora venía muy bien vender este tema, pero que me siga a mí una cámara a todos los campos a los que voy, que graben a dos o tres energúmenos que siempre hay en todas las aficiones y lo pongan en la televisión como han puesto lo de Marcelino. Parece que tres energúmenos los tenemos solo nosotros y no es así.

El Rayo parecía hundido tras encadenar siete derrotas antes de su llegada. ¿Qué se encontró?

-En el aspecto mental los jugadores estaban tocados, por lo que lo primero que intentamos fue limpiar dentro de lo posible todo lo que venía de atrás y tratar que la gente viera luz donde solo parecía haber oscuridad. Los últimos resultados que hemos tenido nos han dado un poco de aire para creer y, a partir de ahí, poder crecer mentalmente, porque con el estado mental que tenía el equipo era imposible ir a ningún sitio.

Ahora están a tres puntos de la permanencia tras sumar un empate, una derrota y una victoria en las tres últimas jornadas. ¿Está convencido de que se salvarán?

-Tenemos argumentos para mantener la categoría y la victoria contra el Valencia nos ha llenado de confianza, pero tenemos los pies en el suelo y debemos ser conscientes de que todavía no hemos hecho nada, porque seguimos en una situación límite.

En la búsqueda de la permanencia no sacrificará su atrevida idea futbolística. ¿Es más difícil jugar a lo que usted propone que a otros estilos como el de Garitano?

-Después de tantos años en los banquillos te puedo asegurar que todos los estilos tienen su dificultad. Cuesta trabajo hacerlo bien con cualquier modelo que elijas, aunque es verdad que hay algunos más complicados que otros, porque todo lo que sea la combinación de balón es más difícil, al ser más fácil pegar un pase de cuarenta metros que ocho de cinco metros, por el riesgo de perder el balón. Al final, cada uno elegimos nuestro camino, soy muy respetuoso con todos los estilos y me encanta que haya distintas maneras de ver el fútbol. En ese sentido, creo que cada club tiene que tener su idiosincrasia.

¿Cree que el estilo actual del Athletic es el de toda la vida en Bilbao?

-Bueno, siempre he sido un defensor de Berizzo, porque me encanta su manera de trabajar y tiene una idea de juego muy parecida a la mía. Nadie podía augurar que le fuera a ir tan mal en el Athletic, pero las cosas no salieron bien sin saber muy bien por qué, probablemente, y lo que sí surtió efecto fue el cambio de entrenador haciendo las cosas de otra manera.

¿Cómo calificaría el trabajo de Garitano en el banquillo rojiblanco?

-Muy bueno, porque cogió el equipo en un momento muy complicado y la valía de un entrenador se ve ahí, cuando coges equipos en malas situaciones, no cuando coges todo con el viento a favor, porque es mucho más sencillo. El gran mérito de Garitano ha sido poner al Athletic cerca de Europa después de que el equipo empezara muy mal la temporada.

¿Se conforma con un punto el domingo o le sabría a poco?

-Estamos en una situación en la que, por desgracia, un punto no lo puedo firmar de entrada. Tenemos unas necesidades grandísimas y debemos sumar de tres en tres, porque se nos acaba el tiempo y los partidos.

¿Cree tener la receta para ganar a este Athletic en San Mamés? Desde la llegada de Garitano ningún rival lo ha conseguido.

-No hay una receta, pero tenemos que creernos que podemos ganar allí y para eso habrá que hacer un partido perfecto y que le resulte incómodo al Athletic siendo valientes, porque necesitamos ganar como te digo. Asumiremos riesgos, porque el empate, a priori, no sería un buen resultado para nosotros.

En Bilbao, además de Europa, se habla mucho sobre el futuro de Markel Susaeta, quien acaba contrato al término del curso. ¿Qué opinión tiene sobre él?

-Me parece un futbolista espectacular, al que muchos entrenadores nos gustaría tener en nuestro equipo y que, además, ha estado toda la vida en el Athletic. No sé si va a continuar en el club, que tiene muy buenos jugadores y entre ellos está él, pero si al final no sigue, te puedo asegurar que va a tener doscientos equipos esperándole.