BILBAO. Tras el entrenamiento, ninguno de los jugadores ha hecho declaraciones, como suele ser habitual, situación que se repetirá mañana. El único que ha hablado desde fuera de Bilbao ha sido Iker Muniain, que se encuentra concentrado con la selección olímpica. El navarro ha querido tener un detalle con Bielsa y ha dicho en declaraciones a la Cope que "solo tengo palabras buenas y de agradecimiento hacia Bielsa, he aprendido mucho con él y espero y deseo que esta situación se solucione lo antes posible". Y aseguró que "se ha montado un lío muy gordo en Bilbao".

Así las cosas, Marcelo Bielsa continúa siendo, de momento, el entrenador del Athletic después de que la Junta Directiva y el técnico rosarino se reunieran durante el día de ayer en Ibaigane para debatir sus diferencias tras la rueda de prensa ofrecida por el argentino el jueves, cuando afirmó que las obras de Lezama suponían "un robo y una estafa" para el club de Ibaigane. Una sensación interior que llevó al de Rosario a coger el toro por los cuernos el lunes y pedir una reunión con el jefe de obras de Lezama, la cual acabó como el rosario de la aurora después de que Bielsa, tras un intercambio de improperios con el responsable de las obras, agarrara y sacara "a la fuerza" a una persona sobre la cual no dudó el jueves en recalcar que "continúo pensando lo peor de ella".

Sin embargo, dicha circunstancia solo fue la chispa que haría saltar las hostilidades entre el propio club y el técnico argentino tres días después. Y es que, según señaló Bielsa en la rueda de prensa ofrecida el jueves en Lezama, al ver cómo los rumores sobre lo sucedido, y con ello, las falsas hipótesis, se sucedían en distintos medios de comunicación sin que nadie del club saliera al paso, el rosarino creyó que había llegado el momento de salir a la palestra para dar su versión de los hechos. En la misma, al margen del club y a título personal, Marcelo Bielsa no dudó en atizar a la empresa constructora (Balzola) y hacer hincapié en las razones que le habían impulsado a actuar de dicho modo primero el lunes y el jueves después, en la sala de prensa. "Actué como un salvaje -por su altercado con el jefe de obras-, pero defendí los intereses del club porque el club no lo hizo".

Palabras que, al parecer, produjeron un gran malestar en el seno del club, que también fue testigo de cómo Bielsa, irritado por lo que él consideraba que estaba siendo "un engaño" al Athletic, señalaba que "el trabajo no es que no se terminó, sino que se hizo mal sabiendo que se hacía mal. Además, el club paga por un servicio que no recibe". Asimismo, el entrenador rosarino, que reconoció que se había autodenunciado para salvaguardar "los derechos" de la persona con la que tuvo el incidente, apuntó que "las obras se hacían más por el interés de la empresa que para los intereses del Athletic". Enérgicas declaraciones que completó refiriéndose al apartado deportivo al señalar que "nunca exigí ninguna incorporación. Expliqué qué dos posiciones pensaba que necesitaban un refuerzo y eso no se hizo, pero me adapto".

contundente respuesta del club De este modo, con Marcelo Bielsa poniendo sus cartas sobre la mesa, con la empresa encargada de llevar a cabo las reformas en Lezama puesta en entredicho y con la Junta Directiva en un segundo plano, esta decidió reunirse en la mañana de ayer para decidir la hoja de ruta. Una reunión que contó desde la mañana con la presencia y la participación del propio Marcelo Bielsa y que derivó en un contundente comunicado hecho público al mediodía en el que el club señalaba directamente al argentino al afirmar, entre otras cuestiones, que "El Athletic Club no comparte, en absoluto, la opinión personal y subjetiva expresada por Marcelo Bielsa en la rueda de prensa de ayer, respecto al desarrollo de las obras, grado de cumplimiento del contrato de obra y profesionalidad de las personas involucradas en el proyecto de construcción".

Así, con los pensamientos de Marcelo Bielsa y la posterior respuesta del club sobre la mesa, el transcurrir de las horas dio vida a una reunión en la que los medios de comunicación se apostaron en Ibaigane. Lugar que se convirtió en un hervidero de hipótesis e idas y venidas de aficionados deseosos de conocer el desenlace del culebrón.

fin de la cita sin declaraciones Así las cosas, después de que varios seguidores mostraran su disconformidad con la hipotética destitución de Marcelo Bielsa, llegando incluso a increpar a un Josu Urrutia que seguía reunido con su Junta Directiva y el propio Bielsa en el interior de Ibaigane, presidente y entrenador abandonaron la reunión con gesto serio y sin hacer declaraciones. Lo hizo primero el argentino, quien alrededor de las 21.00 horas y acompañado por su ayudante Diego Reyes, salió de la reunión para dirigirse directamente a su coche -el cual tuvo aparcado en todo momento dentro de Ibaigane- bajo los gritos de ánimo de algunos aficionados que mostraron así su apoyo al todavía entrenador rojiblanco. Así, apenas un minuto después, en medio de un ambiente cargado por la incertidumbre y con los flashes de nuevo preparados, fue Josu Urrutia el que, con gesto serio también, enfiló hacia su vehículo particular para abandonar rápidamente el lugar y poner el punto y seguido a un culebrón difícil de imaginar escasas fechas atrás, cuando la ilusión y la tranquilidad copaban la actualidad de una institución abrazada al estado del bienestar.