San Mamés siempre responde. Aunque la climatología recuerde más a noviembre que a finales de abril, aunque sea el último día de vacaciones para la chavalería y aunque el rival, el Costa Adeje Tenerife, no tenga tanta capacidad de congregación como el todopoderoso Barcelona o la vecina Real Sociedad. San Mamés siempre responde y por eso 10.086 personas presenciaron una nueva victoria de un Athletic que no quiere despegarse de los puestos de Champions.
Cabe destacar que este fue el cuarto encuentro de la temporada que las de David Aznar disputan en La Catedral -nunca antes el primer equipo femenino había protagonizado cuatro duelos en San Mamés en un mismo curso- y que, además, coincidió con el menor aforo de todos ellos. Y es que en enero el Barça consiguió reunir a 17.698 personas que vieron como las actuales campeonas de todo sufrieron para doblegar a las leonas.
Después, el Athletic se llevó el derbi ante la Real frente 21.153 espectadores y en el anterior precedente, en el que el rival fue el Real Madrid, fueron 16.662 los aficionados que presenciaron cómo Olga Carmona remontaba a diez minutos del final.
Dinamización y cumpleaños
De esta forma, ante el Tenerife, los espectadores fueron menos que de costumbre; pero se hicieron notar igual. O incluso más. Porque el encuentro ante el rival canario era clave para las aspiraciones europeas de las de David Aznar y por eso las más de 10.000 personas que acudieron a San Mamés se esforzaron en animar. Así, primero fue la tradicional ofrenda floral a Pichichi de manos de Mari José, la capitana del Tenerife, por la primera visita a La Catedral del Tenerife.
Y, después, empezó la fiesta. El partido estuvo constantemente dinamizado y, teniendo en cuenta el ambiente familiar que impregna las gradas de San Mamés siempre que juega el femenino, hubo tiempo para todo. Para felicitar a Nerea Nevado por su 24 cumpleaños -que celebró no solo con la victoria sino también con la renovación de su contrato por un año más-, para pitar por varios desacuerdos con la colegiada y para venirse arriba con las infructuosas pero constantes llegadas de Azkona y Valero en la primera mitad.
Y llegaron los goles
Sin embargo, no fue hasta el segundo acto que llegaron los goles y, con ellos, las ovaciones. San Mamés coreó el nombre de Irene en honor a Oguiza, autora del primer tanto; y de Daniela, por Agote, quien firmó el segundo y definitivo. Así se llegó al pitido final y, tras él, la tradicional vuelta al ruedo de las leonas firmando autógrafos y sonriendo para las fotos.