Los partidos de izquierda franceses lograron un 34,3% de los votos en la primera vuelta de las elecciones regionales y departamentales francesas celebradas ayer, por delante del 29,3% de los partidos conservadores, mientras que la ultraderechista Agrupación Nacional habría conseguido un 19,1% de apoyo, según una encuesta a pie de urna de Elabe y SFR Business para BMFTV.

El bloque de izquierda incluye a La Francia Insumisa, al Partido Comunista Francés, a Europa Ecología-Los Verdes y al Partido Socialista, mientras que los conservadores están representados por Los Republicanos. Los partidos afines al presidente francés, Emmanuel Macron, con La República en Marcha a la cabeza, sumarían un 10,9% de votos y no están presentes en todas las regiones.

En cualquier caso, la ganadora de estos comicios es sin duda la abstención, con un 67,2%, según este estudio, una cifra récord y superior en 17 puntos a los comicios equivalentes de hace seis años.

La abstención estaría así lejos del 50,09% de la votación de 2015 o del 53,67% de 2010. El último dato oficial de la participación a las 17.00 horas situaba la abstención en el 68,5%.

De confirmarse, esta cifra es solo comparable a la del referéndum de 2000 para la reducción del mandato presidencial a cinco años, cuando se alcanzó el 69,81% de abstención. La segunda vuelta será el próximo domingo, 27 de junio.

“Esta es una nueva expresión de una crisis democrática de la que se habla a menudo”, opinó el director de Política de BFMTV, Philippe Corbé, que alerta de las repercusiones de las elecciones presidenciales de 2022. “Estamos ante un hundimiento de la participación democrática. Estamos a menos de un año de las elecciones presidenciales. En estas elecciones tenemos varias personalidades que podrían figurar allí, intentos de alianzas o acercamientos que pesarán este año. Es una alerta democrática que deben tomar en cuenta todas las partes”, añadió.

La campaña ha estado marcada por la crispación en la que la ultraderecha de Marine Le Pen se ha consolidado como alternativa. Las tendencias muestran que el partido de Le Pen tiene opciones reales de encabezar alguna región, entre ellas Provenza-Alpes-Costa Azul, situada en la zona sureste de Francia y que alberga ciudades como Marsella o Niza.

Si históricamente la llegada de la ultraderecha al poder ha sido una línea roja para gran parte de los franceses, ahora ya hay una mayoría que no ve problema alguno en que culmine el ascenso que siempre se le ha resistido. Un 51% de los ciudadanos cree que una victoria de Agrupación Nacional en las regionales no constituye un peligro para la democracia, según un sondeo de IFOP publicado esta semana por el Journal du Dimanche.

con la vista puesta en 2022

Las elecciones regionales y departamentales han sido tradicionalmente una prueba para el Gobierno central, que tiene a una quincena de miembros implicados directamente en dichos comicios, dentro de una amalgama en la que se entremezclan personalidades locales y nacionales y que podría marcar posiciones de cara a la cita clave de 2022.

La pandemia ha marcado la campaña, más larga de lo habitual y con restricciones en cuanto a actos y aforos, si bien a diferencia de las elecciones locales de 2020, en esta ocasión Francia ha emprendido ya su aparente desescalada final, incluso con la eliminación esta misma semana de la obligatoriedad de llevar mascarillas en espacios abiertos no concurridos.

Por su parte, Christian Le Bart, profesor de ciencias políticas en Sciences Po Rennes, declaró a Euronews que, en comparación con los Länders alemanes o las comunidades autónomas españolas, las regiones francesas tienen competencias limitadas. Entre ellas están el desarrollo económico, la ordenación del territorio, la formación y los transportes públicos.

Sin embargo, las regiones francesas gestionan un presupuesto importante y desempeñan un papel relevante a nivel europeo.

apuntes

La huella de la pandemia. El Gobierno francés vinculó ayer a la situación sanitaria la alta abstención con la que se ha cerrado la primera vuelta de los comicios regionales y departamentales. Esa abstención “es la primera enseñanza de estas elecciones”, dijo tras el cierre de los colegios el portavoz gubernamental, Gabriel Attal.

Crispación en la campaña. La ultraderecha trata de aprovechar la creciente polarización política y social en Francia, traducida en una tensa campaña que tuvo entre sus momentos más destacados la bofetada a Macron en un acto electoral. El responsable de la agresión ya ha sido condenado a 18 meses de cárcel.

sistema electoral

segunda vuelta, el 27 de junio

Ningún partido supera el 50%. Las elecciones regionales francesas cuentan con un sistema de listas que solo exime de la segunda ronda en caso de que algún partido obtenga más de la mitad de los votos. En caso negativo, el 27 de junio se enfrentarían las listas que hayan obtenido más del 10% de los sufragios, si bien se autorizan fusiones que pueden recalibrar el peso de las distintas candidaturas. En las departamentales, se vota por cantones, donde se presentan candidaturas por parejas -hombre y mujer- que deben obtener más del 50% de los sufragios de una cuarta parte de los votantes registrados para ganar en primera vuelta. En segunda ronda, a la que pasarán las candidaturas con más del 12,5% del apoyo, basta la mayoría relativa. Los partidos se han esforzado en estos últimos días por llamar a la participación aunque, visto lo visto, sin mucho éxito. Un 42% de los encuestados aseguraba no estar interesado en la cita electoral y el desapego se hacía especialmente palpable entre la población más joven.